Un Ex-solo Jesús refuta al Pentecostalismo Unicitario

Su nombre es Gregory A. Boyd, un prolífico autor y reconocido teólogo. Boyd estuvo en las filas del Pentecostalismo Unicitario por tan solo 4 años, pero ese tiempo le bastó para conocer de primera mano las enseñanzas antiblicas de los “modalistas” modernos o los “solo Jesús” como comúnmente se les conoce.

Antes de seguir adelante, deseo aclarar que Boyd sostiene ciertos postulados teológicos con los que no estoy de acuerdo. Me refiero a la postura conocida como “Open Theism” (Teísmo Abierto), que enseña y afirma que Dios no conoce el futuro de manera infalible y exhaustiva debido a que los acontecimientos del futuro todavía no han sucedido y por lo tanto, ni Dios mismo puede conocerlos de manera definitiva. En este sistema, Dios conoce MUCHAS POSIBILIDADES, pero el futuro le es desconocido incluso a Dios mismo debido a que los acontecimientos todavia no han sido realizados por las criaturas "libres". Por esa razón Boyd escribió otro libro titulado “God of the Possible” (El Dios de lo Posible).

Tal vez aborde este tema en otro artículo, pero por ahora deseo enfocarme en el excelente trabajo que Boyd hizo cuando escribió su libro titulado: “Oneness Pentecostals & The Trinity” (publicado por: Baker Books, 1992) en el cual no solo habla de su testimonio, sino también refuta de manera magistral los postulados erróneos de los solo Jesús.

Boyd escribió en el prefacio de su libro lo siguiente:

“La herejía Unicitaria tiene lugar debido a la convicción que la doctrina ortodoxa de la Trinidad es fundamentalmente incompatible con la fe que dice que solo existe un Dios. Por lo tanto, el Padre, Hijo y Espíritu Santo no pueden en este punto de vista ser Personas reales, distintas y co-iguales en la eterna deidad, sino que solo son diferentes roles que una persona divina asume temporalmente. Aunque esta herejía puede parecer relativamente innocua en un principio, al rechazar la Trinidad esta enseñanza le da un golpe certero al corazón de todo aquello que es esencial en la fe cristiana. A lo largo de su historia, la iglesia ha confrontado ocasionalmente puntos de vista muy similares a los que sostienen los Unicitarios. En la iglesia de los primeros siglos estas enseñanzas fueron conocidas como Sabelianismo, monarquismo modalista o patripasianismo. En el pasado, estos puntos de vista fueron siempre rechazados por la iglesia ortodoxa como peligrosas herejías”.

Tal como Boyd afirma, la iglesia ha rechazado a lo largo de su historia toda enseñanza que atente en contra de la naturaleza del Dios verdadero revelado en las Escrituras. Una de las cosas importantes que tenemos que darnos cuenta los cristianos evangélicos de la actualidad, es que necesitamos conocer tanto la Biblia como la historia de la iglesia. Cuando estudiamos la historia de la iglesia, nos damos cuenta que lo que dice el rey Salomón en Eclesiastés es una gran verdad muy relevante en la actualidad: “…y nada hay nuevo debajo del sol” (Ec. 1:9).

Todas las nuevas herejías y falsas enseñanzas que vemos en la actualidad, en realidad no son nuevas debido a que antes ya han desplegado sus ataques hacia las doctrinas bíblicas. Solo basta con examinar la historia de la iglesia para darnos cuenta donde y en que tiempo esos ataques ocurrieron. Todo creyente que piensa que lo único que tiene que estudiar es su Biblia, debe darse cuenta de una vez por todas que no es así. Debe estar conciente que la iglesia cristiana ha jugado un papel importante en salvaguardar la sana doctrina. Que la iglesia tiene 20 siglos de historia y que las batallas que otros cristianos pelearon en otras épocas, fue para salvaguardar la ortodoxia.

Boyd continúa diciendo en el prefacio de su libro:

“Desde principios del siglo tercero que la iglesia tuvo que confrontar las herejías Unicitarias, nunca más se ha visto en la gran necesidad de confrontar esta herejía de manera tan agresiva como lo necesita hacer en la actualidad. Desde sus inicios informales 75 años atrás, de entre el novato movimiento Pentecostal en los Estados Unidos, distintas sectas abrazando la herejía Unicitaria han crecido hasta llegar a ser un millón tan solo en este país y cerca de cinco millones a nivel mundial según algunas estadísticas conservadoras. Esto significa que el Pentecostalismo Unicitario –casi todos los que han permanecido dentro del movimiento Pentecostal- constituyen uno de los tres movimientos anti-trinitarios más numerosos tanto en este país como en el mundo.

Además, ha sido mi experiencia confirmada por muchos otros quienes han abandonado el movimiento desde entonces, que los cristianos ex-trinitarios componen el grupo más numeroso de personas quienes se volvieron nuevos convertidos en iglesias Unicitarias. Para ellos, las denominaciones trinitarias son campos misioneros. He confrontado a un creciente número de pastores quienes han perdido a algunos miembros de sus congregaciones y se han ido con los proselitistas Unicitarios. Un pastor llegó a reportar que en una serie de reuniones de avivamiento en donde muchas personas pasaban al frente en respuesta a los mensajes evangelísticos, los creyentes Unicitarios se hacían pasar como consejeros delante de esas personas para poder robar a los nuevos convertidos a su “verdadera” iglesia”.

No es cual ningún secreto el descarado proselitismo que impera entre los “solo Jesús”. Tal como Boyd lo afirma, los “solo Jesús” ven a toda iglesia y denominación Trinitaria como aptos candidatos para “evangelizarlos” y sacarlos del error en el que se encuentran para mostrarles las supuestas “verdaderas doctrinas bíblicas”. Tanto es así, que ellos han arrastrado a congregaciones enteras con todo y sus pastores. Esto es algo que yo pude contemplar con mis propios ojos. Tan solo este aspecto hace de los “solo Jesús” una “secta” en todo el sentido de la palabra. La enseñanza tan arraigada de que ninguna puede ser salva si no se bautiza en el nombre de Jesús para perdón de los pecados, debería ser suficiente para demostrar que este grupo es un grupo heterodoxo y sectario desde la misma raíz.

No debemos creer que debido a que afirman la divinidad de Cristo ellos sean una denominación cristiana ortodoxa. Eso es algo con lo que muchos cristianos han tropezado. Pero es tiempo de levantar nuestra voz y llamar al pan “pan” y al vino “vino”. Si no lo hacemos, todos los lobos disfrazados con piel de oveja les será mucho más fácil entrar al rebaño de manera sigilosa y arrebatar a las ovejas.

Daviel D’Paz