Tuesday, September 29, 2009

Opinando sobre el escrito de Kenneth Gentry



“La misma Biblia es su propio intérprete al comparar una escritura con la otra”. Esta es una de las frases que es usada a menudo para recordarnos que la interpretación de la Biblia debe ser siempre realizada dentro del contexto de la mismas Escrituras. Esta frase significa que no debemos buscar el significado de ciertos tipos, símbolos o figuras, fuera del contenido de la Biblia, sino dentro de ella misma. Este acercamiento ha sido el más efectivo para conocer el significado de ciertos pasajes difíciles de entender.

Y es este acercamiento el que es usado por Kenneth Gentry en su exposición de Mateo 24. Gentry se acerca al texto tal como todo creyente cuidadoso debe acercarse: examinando el contexto y descubriendo cual es el tema central del libro, que en este caso es el evangelio de Mateo. Esto es una pequeña muestra de que Gentry es un exegeta de calidad al tomar en cuenta el mensaje general del libro y que no se pierde en los detalles particulares y minucias que solo desvían la atención del mensaje central.

Comienza examinando a grandes rasgos los distintivos de cada capítulo escrito por Mateo y el objetivo que tenía en mente al escribir cada uno de ellos. Nos muestra que cada capítulo es un importante avance que se dirige inexorablemente hacia el desenlace final de la historia que intenta comunicarnos: el terrible juicio de Dios sobre la nación judía debido al rechazo y crucifixión de su Mesías. Ese terrible juicio tuvo lugar en el año 70 d.C., cumpliéndose así la detallada predicción de Cristo sobre el inminente juicio sobre el pueblo judío que rechazó a su Rey jactándose:
“No tenemos mas rey que César” (Juan 19:15).

Después de establecer el contexto general del libro, Gentry comienza a exponer el contexto para el capítulo 24 de Mateo. Esto es verdaderamente importante debido a que, sin tomar en cuenta el contexto, simplemente no se puede hacer una interpretación precisa del texto. Acertadamente, Gentry explica el contexto inmediato el cual se encuentra en Mateo 23, el cual es una lista de Ayes sobre los líderes religiosos. La acusación de Cristo sobre los líderes religiosos aumenta con cada versículo escrito, mostrando así cual sería la culminación de la dureza de sus corazones:

“Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación”. (Mateo 23:34-36).

Es importante observar con cuidado las palabras de Cristo y darnos cuenta de un importante elemento que a menudo es ignorado o pasado por alto por la mayoría de los Dispensacionalistas. Ese elemento lo encontramos claramente establecido en las palabras de Cristo quien dijo: “De cierto os digo que TODO ESTO vendrá sobre ESTA GENERACION”. No se estaba refiriendo a una generación que viviría algunos 2,000 años después, sino ESTA generación. ¿A qué generación se refería Jesucristo? A la generación que lo estaba escuchando y que seguramente la mayoría de ellos todavía estarían vivos cuando TODAS estas restas cosas tuvieran su cumplimiento.

Las palabras de Jesucristo dichas en el Templo a los líderes religiosos fueron las que llevaron a los discípulos a formular su importante pregunta registrada en 24:1. Cristo expresa su lamento sobre Jerusalén en el versículo 37 y en el versículo 38 pasa inmediatamente a profetizar lo que le sucedería debido a que no quiso aceptar a su Mesías:

“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta” (Mateo 23:37,38).

Los discípulos, no cabe duda quedaron intrigados al oír estas palabras y aprovecharon la oportunidad para preguntarle el CUANDO sucedería esto: ¿Cuándo sería su casa dejada DESIERTA? Es por eso que al salir del templo, ellos le mostraron los edificios que tenía el templo, pero Jesús no se impresiona en lo absoluto por la sorprendente bellaza. Más bien, les dice algo que los dejó mucho más intrigados todavía:

“Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada” (Mateo 24:2).

Gentry observa correctamente la necesidad que hay en los Dispensacionalistas de establecer un intervalo totalmente injustificado entre los versículos 3 y 4 de Mateo 24. Esto es así debido a que su sistema escatológico lo requiere, de lo contrario se caería por los suelos. Ellos toman los versículos 4-28 y ponen su respectivo cumplimiento hasta por lo menos 20 siglos después, (seguramente que con el paso del tiempo serán más siglos todavía) argumentando que todas estas cosas son las que van a suceder en nuestro tiempo actual y en un futuro inmediato. Sin embargo, el lenguaje usado por Jesucristo echa por tierra la teoría Dispensacionalista:

“Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo 24:15-21).

Jesucristo claramente establece el lugar específico de esa grande tribulación: Judea. No se puede pasar por alto estos interesantes detalles y dar otras explicaciones que carecen de apoyo contextual. Es cierto que podemos INSERTAR en el texto cualquier cosa que querramos, pero la verdad es que todo aquel que desea ser fiel a las Escrituras (tomándolas siempre en su contexto), no puede usar tal libertad impunemente. Varios cultos falsos hacen precisamente eso y los resultados son terriblemente desastrosos.

Daviel D’Paz


Saturday, September 26, 2009

Dos puntos de vista sobre Mateo 24: Kenneth Gentry vs. John MacArthur (2ª Parte)



GUERRAS Y RUMORES DE GUERRAS (Mateo 24:1-20)


Introducción

Mateo 24 es un texto bien conocido que nos habla de los grandes juicios proféticos. ¿Quien no ha oído de las “guerras y los rumores de guerras” (v.6); de los “falsos profetas” (v.11); de “perseverar hasta el fin” (v.13); de la “abominación desoladora” (v.15); de la “Gran Tribulación” (v.21); y de las “potencias de los cielos siendo conmovidas?” (v.29).

Por su mayor parte, el futurismo es el que controla el acercamiento popular a Mateo 24. El futurismo pone todos los eventos de Mateo 24 a miles de años del tiempo de Jesucristo, hasta nuestro propio futuro cercano. Esto es algo categóricamente erróneo por varias razones que fluyen del texto mismo.

El problema fundamental con el acercamiento futurista-Dispensacional a este pasaje es, una vez más, sus propios requerimientos teológicos muy peculiares. Los Dispensacionalistas se acercan a este pasaje con una predisposición teológica que le obstruye el paso a una exégesis contextual. Por ejemplo, mientras que acertadamente establecen la situación prevaleciente para poder entender las preguntas de los discípulos en Mateo 24:3, [Dwight] Pentecost comenta: “Recuerda, tal como se mencionó anteriormente, la escatología judía reconocía dos edades: la primera era el presente siglo….; y la segunda era el siglo venidero….Debemos notar que Jesús estaba revelando el programa profético para Jerusalén, la nación de Israel, y el pueblo de Israel. El no hizo referencia a la iglesia o al programa profético para la iglesia….Debido a su contexto judío, esta porción de las Escrituras debe ser interpretada con referencia a Israel y no a la iglesia” (J. Dwight Pentecost, Thy Kingdom Come, 248,249).

Pentecost está en lo correcto al observar que el pasaje debe referirse a Israel –eso es inescapable. Pero solo una separación de instituciones (Israel/iglesia) y de edades (la edad de la iglesia/la tribulación) requieren de una dilación profética para un remanente judío que va a vivir miles de años después de aquellos que estaban haciendo las preguntas. En un importante sentido, todo el evangelio de Mateo proporciona en gran detalle el fracaso de Israel en el primer siglo. A pesar de lo que afirma Pentecost, la prevaleciente dirección de Mateo prepara al lector para el discurso del Monte de los Olivos, el cual delinea las reflexiones de un Dios santo en contra de la generación que crucificó a su Hijo. Consideremos la manera en la que esto se hace.

Estableciendo el contexto

Después de haber escrito sobre el nacimiento de Cristo, el registro histórico de Mateo omite la respuesta positiva de los judíos a su nacimiento, la cual encontramos en Lucas. Mateo escoge en su lugar mencionar a los magos gentiles viniendo a Jesús y la resistencia del gobierno judío hacia Él. (2:1ss). Después, su atención se vuelve hacia Juan el Bautista y su mensaje a Israel sobre el inminente juicio (3:8-12). Después de la tentación de Cristo (4:1-11) la historia continúa con el ministerio de Jesús en “Galilea de los gentiles” (4:12-17). Una fuerte corriente de antipatía hacia Israel fluye aquí. El registro completo de Mateo sobre el discurso de Cristo trata sobre la corrupción de Israel a la Ley (5:17-48), la hipocresía de los líderes de Israel (6:1-18), y el contraste de sus propias enseñanzas con aquellas de los escribas judíos y las de los religiosos fariseos (7:13-29). Entonces establece ante sus lectores la petición de sanidad por parte del centurión gentil (8:5-13), al que Jesús le responde: “Ni aún en Israel he hallado tanta fe” (8:10). En ese contexto, él amenaza a “los hijos del reino” (los judíos) con echarlos fuera (8:11,12). También registra una advertencia de un gran juicio sobre Israel (11:20-24) el cual eventualmente conduce a los gobernantes religiosos a afirmar que Jesús es un ayudante de Satanás (12:24). Saltando un poco hacia delante, Mateo escribe que Cristo advierte del “reino de Dios siendo quitado” de Israel y dado a los gentiles (21:33-45).

Por último, leemos lo que Cristo mencionó respecto a lo que vendría sobre los líderes espirituales de Israel (23:1ss), observando que ellos debían “llenar la medida de la culpa” de sus padres (23:32) pues “todas estas cosas vendrán sobre esta generación” (23:36). Mateo muestra a Cristo llorando sobre Jerusalén, advirtiendo que su habitación sería dejada “desierta” (23:37,38).

Así, con un solo propósito al presentar su evangelio, Mateo esboza la deprimente condición espiritual de Israel y provee una revelación del castigo que se acercaba. Esta información encaja muy bien con el juicio de año 70 d.C., y parece anticipar alguna clase de recuento al respecto. ¿Quién puede negar que Mateo 23, el cual introduce a Mateo 24 se relaciona con un inminente juicio sobre el Israel del primer siglo? Aún el mismo Pentecost correctamente reconoce de Mateo 23 que “Cristo estaba prediciendo vívidamente la futura destrucción de Jerusalén por parte de Tito…en al año 70” (op. cit).

El contexto más cercano

Habiendo realizado un recorrido a través de Mateo a grandes pasos, ahora entramos cautelosamente al capítulo 24. Respecto a Mateo 24 cuando es visto en el contexto de Mateo 23, aún el mismo Pentecost admite que “el discurso es dado teniendo en mente el rechazo del Mesías y la imposición de la ceguera judicial sobre la nación”. (Pentecost, Things to Come: A study in Biblical Eschatology [1958] p. 276). Ahora es cuando comienza el problema.

Después que Jesús sale del templo leemos que “se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Respondiendo él les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada”. Entonces sus discípulos le preguntan: “¿Dinos, ¿Cuándo serán estas cosas y que señal habrá de tu venida y del fin del siglo?” (Mateo 24:1-3).

En este punto, Pentecost asevera que existe una omisión en el registro de Mateo: “La respuesta a la primer pregunta no es registrada por Mateo, pero es dada en Lucas 21:20-24”. Él argumenta que es en Lucas 21:20-24 en donde leemos “la porción del discurso [que] tiene que ver con la destrucción de Jerusalén bajo el mando de Tito en el año 70 d.C”. Las próximas dos preguntas (la cual es en realidad solo una) son las que le conciernen a Mateo, afirma él: “El pasaje entero en Mateo 24 y 25 fue escrito para contestar esta pregunta respecto a las señales de la venida del Mesías [e.d. el rapto], el cual terminará la era actual” (op.cit.).

Al igual que en Daniel 9, esta teoría del paréntesis o intervalo funciona como un deus ex machina para salvar al sistema Dispensacional; y trae confusión a un contexto bastante armonioso. A pesar de su patente rareza, esta es la interpretación estándar Dispensacionalista: Pentecost repite esto en su libro más reciente, así como Wiersbe, Walvoord, Barbieri y otros. Unos pocos Dispensacionalistas, sin embargo, reconocen la dificultad de este punto de vista y se encuentran perfilándose hacia una comprensión más preterista (cumplimiento en el pasado). David L. Turner escribe: “La manera en la que los Dispensacionalistas han abordado tradicionalmente esta sección es muy débil en varios frentes….Los Dispensacionalistas contemporáneos deberían re-examinar esta área de la exégesis del Nuevo Testamento” (David L. Turner, “The Structure and Sequence of Matthew 24:1-42: Interactions with Evangelical Treatments” Grace Theological Journal 10:1 (Spring, 1989); 7, Turner llama a su postura “Un punto de vista futurista-preterista”, 26.) “Debe concluirse que el punto de vista futurista, sostenido por los Dispensacionalistas tradicionales, no es convincente. No aborda satisfactoriamente el énfasis contextual sobre la destrucción de Jerusalén….” (op.cit). Turner da en el clavo: el problema para el punto de vista Dispensacional es el contexto exegético, el cual es anulado por sus peculiares requerimientos teológicos.

Con toda la preparación para el juicio inminente sobre Israel en su largo record, ¿Por qué razón Mateo pasaría por alto la importante pregunta de los discípulos? Especialmente cuando Mateo registra la escena que ellos vieron cuando Cristo lloró sobre Jerusalén (23:37), cuando le escucharon decir que el Templo quedaría desierto (23:38), y juntos le mostraron los hermosos edificios del templo (24:1). Esto es especialmente problemático debido a que sus preguntas son realizadas debido a las afirmaciones de Cristo en 24:2, y debido a que ellos deberían preparar a los creyentes para poder sobrevivir a través del holocausto del año 70, el cual literalmente ocurrió (ver, Josefo, Guerra de los judios 7:1:1,7).


Traducido del ingles por: Daviel D’Paz

Monday, September 7, 2009

Opinando sobre la primera intervención de John MacArthur



En esta primera intervención de John MacArthur, podemos aprender del trasfondo histórico en el que se encontraba la nación judía en el tiempo de Cristo.

Aunque establecer el trasfondo histórico es importante; en mi opinión, MacArthur hace algo más que eso: intenta relacionar las erróneas expectativas judías del primer siglo con las profecías sobre el REINO expuestas en el A. T. Este es uno de los aspectos que creo personalmente, es una de las grandes equivocaciones del sistema Dispensacional. Si bien es cierto que los judíos esperaban con ansiedad a un Mesías político que viniera a derrotar a todos sus enemigos físicos y/o políticos, Jesucristo intentó derribar una y otra vez ese concepto mal fundado de los judíos. Por ejemplo, Cristo habló del reino como una realidad que ya se encontraba presente, aunque Roma se encontrara todavía en el poder y los judíos fueran los súbditos de una nación conquistadora:

“Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros” (Lucas 17:20,21).

Esta aclaración por parte de Cristo a los fariseos debería ser suficiente para eliminar de una vez por todas las falsas interpretaciones y expectativas de un reino político y terrenal que los fariseos y la mayoría de los judíos anhelaban. El reino de Dios YA ESTA ENTRE VOSOTROS. Nada podía ser más claro que esta enfática verdad. Sin embargo, a los fariseos les importaba muy poco esa clase de reino sobre el cual Jesucristo les hablaba. Ellos solo deseaban la grandeza y la opulencia de un reino terrenal que una vez llegó a caracterizarlos. Deseaban el poder e influencia que distingue a la monarquía terrenal, pero lo que menos deseaban era la abnegación propia y la humillación personal que el reino espiritual demandaba.

No solo eso, sino que Cristo también dijo algo que debería resonar fuertemente en los oídos Dispensacionalistas sobre la identidad del reino de Cristo:

“Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa”. (Mateo 12:28,29).

Jesucristo dijo sin ambigüedades que las expulsiones de los demonios por parte de él eran una clara señal de que EL REINO DE DIOS ya había llegado a ellos. Pero una vez más, eso NO SIGNIFICABA NADA para los endurecidos fariseos. Lo que ellos querían era el poder, la gloria y la victoria terrenal, pero no deseaban la gloria, el poder y la victoria espiritual que era ofrecida por medio de Jesucristo.

Pero si estos versículos no fueran suficientes para dejar establecida la verdad de la realidad del reino de Cristo AQUÍ Y AHORA, Lucas 24 registra de manera muy clara la conversación de Jesucristo con algunos de sus discípulos y esa conversación es clave para entender la mentalidad judía prevalente en los tiempos de Cristo y para conocer la corrección que él dio a las falsas expectativas de muchos judíos.

En ese capítulo vemos a algunos discípulos decepcionados por la muerte de Cristo. Caminando rumbo a Emmaus, Jesucristo se les aparece durante el viaje, pero ellos no lo reconocen. Posando como todo un extraño, Jesucristo comienza a preguntarles del porqué ellos se encontraban tristes. A lo que ellos le preguntan que si él era el único extranjero que no se había dado cuenta de lo que había sucedido últimamente. Ellos comienzan a explicarle de cómo un hombre llamado Jesús quien fue “varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron" (Lucas 24:19,20).

Y es entonces cuando ellos dejan al descubierto TODO su desánimo y decepción al decirle a él las siguientes palabras:

"Pero nosotros ESPERABAMOS que él era el que había de REDIMIR a Israel" (v.21).

¿Acaso Cristo no redimió con su muerte a su pueblo? ¡Por supuesto que si! Pero esos discípulos tenían un pequeño problema: Pensaban en la REDENCIÓN como algo puramente físico y terrenal. Veían la redención como una liberación EXTERNA de sus enemigos físicos y no como una REDENCIÓN ESPIRITUAL del poder del pecado. En estas palabras podemos ver que las EXPECTATIVAS de la mayoría de los judíos NO ERAN conforme a las Escrituras. Muchos de ellos deseaban un REINO TERRENAL; querían poder político tal como lo tuvieron bajo David y Salomón. Pero ellos voluntariamente ignoraban las profecías de Isaías 53 de lo que el Mesías sufriría para redimir a su pueblo de sus pecados.

Cristo tuvo que reprender a esos decepcionados discípulos con las siguientes palabras:

"¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer TODO lo que los profetas han dicho! ¿No era NECESARIO que el cristo PADECIESE estas cosas Y QUE ENTRARA EN SU GLORIA?" (vs. 25,26).

Al igual que esos despistados discípulos, los Dispensacionalistas modernos se encuentran interpretando las profecías del Antiguo Testamento respecto al Mesías y a su Reino, como un reino político y terrenal en lugar de interpretarlas tal como Cristo mismo lo hizo: COMO EL ESTABLECIMIENTO DE UN REINO ESPIRITUAL el cual no tendría fin y que incluiría NO SOLO A LOS JUDIOS, sino también a personas de todos los linajes de la tierra: todo PUEBLO, LENGUA Y NACION.

Claramente se puede ver que Jesucristo NO ERA DISPENSACIONALISTA. Esto debe quedar muy claro de una vez por todas, pues no solo reprende a esos discípulos por sus EQUIVOCADAS interpretaciones de las profecías del Antiguo Testamento, sino que también les explica el verdadero significado de esas profecías que hablaban de él mismo como el principal protagonista en la historia de REDENCIÓN:

"Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían" (v.27).

Esto es solo una muestra de que eran necesarios los sufrimientos del Mesías para poder redimir A SU PUEBLO de sus pecados. Isaías 53 habla muy claramente de esta verdad, pero la mayoría de los judíos hasta este momento voluntariamente IGNORAN esta clarísima profecía respecto a Jesucristo como el Mesías sufriente.

MacArthur cita también la profecía de Zacarías para mostrar las expectativas de los judíos respecto a un reino terrenal. Sin embargo, esas palabras no deben interpretarse como refiriéndose a un reino terrenal, pues el Espíritu Santo que inspiró esas palabras nos muestra con esa profecía la importancia de la redención espiritual del pueblo de Israel y su respectiva liberación de sus enemigos ESPIRITUALES. Tomar esas palabras y aplicarlas a un reino puramente político y terrenal, es ERRAR grandemente y hacer afrenta al espíritu de la Palabra de Dios, la cual desde Génesis hasta Apocalipsis nos habla de la redención ESPIRITUAL de nuestros pecados y no de una LIBERACIÓN FÍSICA, tal como el Dispensacionalismo intenta hacernos creer.

Todos los VERDADEROS ISRAELITAS entendieron que el reino de Cristo NO ERA FISICO ni temporal, sino ESPIRITUAL Y ETERNO. Algunos de ellos quienes tenían ciertas expectativas políticas y terrenales, cambiaron de opinión cuando Cristo resucitó de los muertos y ascendió al cielo. Él les dijo claramente que era necesario que el Cristo PADECIERA todas esas cosas y ENTRARA EN SU GLORIA.

Algunas de las palabras más perturbadoras para los fariseos del tiempo de Cristo, fueron las que dichas por Cristo de la siguiente manera:

“Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él” (Mateo 21:43).

Estas palabras dichas por Jesucristo al final de su parábola conocida como “La parábola de la Viña” nos muestra una verdad a menudo ignorada y hasta ridiculizada por el Dispensacionalismo: Que el reino sería quitado del pueblo judío y sería dado a gente que produjera los frutos de ese reino. Obviamente Cristo se estaba refiriendo al reino espiritual que él mismo vino a inaugurar en su primera venida. Ese reino pertenece ahora a todos aquellos que han sido comprados con la sangre de Cristo y regenerados por el Espíritu Santo. Ese reino NO ES un reino material, literal o temporal. Es un reino invisible, espiritual y eterno. Es por eso que la Gran Comisión es un mandato a predicar el evangelio de este reino que es espiritual a todos aquellos que se encuentran en el reino de las tinieblas para que sean trasladados AL REINO de su amado Hijo.

Pero de acuerdo al Dispensacionalismo Cristo todavía no ha establecido ese reino, pues de acuerdo a ellos, ese reino fue pospuesto debido al rechazo de Jesucristo por parte del pueblo judío. En otras palabras, la intención de Cristo era establecer el Reino pero los judíos FRUSTRARON sus planes al crucificarlo. Pero ese reino será establecido después de la segunda venida de Cristo en gloria. Lo más perturbador de esta enseñanza es que ese reino durará tan solo 1,000 años, pues después de esos 1,000 años Satanás todavía se levantará en rebelión en contra de ese reino junto a otros seres humanos y una vez más “le echarán a perder la fiesta” al Cristo glorificado. ¿Se pueden imaginar algo más absurdo y antibiblico que esto? Esta interpretación no solo es ajena al espíritu de la profecía, sino que también contradice las claras Escrituras de que Cristo vino para establecer un reino que NO TENDRA FIN.

“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido (Daniel 7:13,14).

La triste verdad es que el Dispensacionalismo actual se encuentra perpetuando el mismo error de los judíos del primer siglo al hacer una antibiblica SEPARACIÓN entre el reino profetizado en el Antiguo Testamento y el reino inaugurado por Cristo en su primera venida. Es necesario entender que ese reino profetizado ya fue INAUGURADO por Cristo en su primera venida, pero que será totalmente CONSUMADO en su Segunda venida. Esta es la interpretación normal que surge del texto bíblico y no la malsana interpretación del Dispensacionalismo sobre un reino Milenial poblado de personas con cuerpos mortales y personas con cuerpos glorificados.

Todos los subterfugios y explicaciones astutas nunca podrán con la claridad del texto bíblico.

Daviel D’Paz

Dos puntos de vista sobre Mateo 24: John MacArthur vs. Kenneth Gentry (1ª Parte)



Aunque estos dos autores NUNCA han debatido en ningún foro público ya sea verbalmente o por escrito, creo que sería muy interesante presenciar un debate por parte de los dos sobre el tema de escatología. Y mientras ese tiempo se llega, podemos disfrutar de un debate imaginario usando los escritos que cada uno ha realizado sobre el tema. En este caso, estaremos presenciando la interpretación y exégesis que cada uno hace del capitulo 24 de Mateo. Dicho capítulo es crucial para tener un entendimiento correcto de cual es la interpretación escatológica que más se apega a las Escrituras.

Debido a que en sus respectivos escritos ellos no se abordan de manera personal, estaré haciendo algunos comentarios pertinentes al final de cada participación para aclarar ciertos aspectos que, de lo contrario, no quedarían muy claros para aquellos que no están muy familiarizados con los escritos de ambos y sus respectivas posturas escatológicas. También estaré dando alguna información adicional que sea útil de los escritos que cada uno ha hecho sobre el tema. Espero que podamos disfrutar de este debate imaginario y puedan ustedes, los lectores, participar también con sus comentarios.

Nota: Todos los argumentos de John MacArthur estarán siendo traducidos de su libro titulado: “The Second Coming”, publicado por: Crossway Books edición 2003. Es en este libro en donde John MacArthur pone “toda la carne en el asador” por así decirlo, respecto a su interpretación de Mateo 24 y da una explicación bastante extensa sobre este capitulo en particular. Los argumentos de Kenneth Gentry estarán siendo traducidos de su libro: “Perilous Times: A Study in Eschatological Evil” publicado por: Covenant Media Press 1999, en el cual Gentry aborda tambien de manera un tanto extensa y detallada su interpretación de Mateo 24.

Primera Participación de John MacArthur (Defendiendo la postura Futurista sobre Mateo 24)

“EL DISCURSO PROFETICO MÁS EXTENSO DE JESUCRISTO”

Aparte del libro de Apocalipsis, la porción profética más extensa y más importante del Nuevo Testamento es Mateo 24 y 25, conocida también como “El discurso del Monte de los Olivos”. Es el segundo mensaje más extenso de Cristo registrado en la Escritura. El único más extenso es el Sermón del Monte (Mateo 5-7), que fue un sermón dado a las multitudes en Galilea cerca del comienzo del ministerio terrenal de Jesucristo. En contraste, El discurso del Monte de los Olivos fue un mensaje privado dado a sus discípulos en Jerusalén cerca del fin de su ministerio terrenal. Nuestro Señor habló estas palabras mientras estaba sentado directamente frente al templo en el Monte de los Olivos (Mateo 24:3). Así que, el nombre popular de este discurso es debido a una referencia sobre el lugar donde sucedió.

Desde donde estaban sentados, Cristo y los discípulos podían ver las majestuosas construcciones del templo. El templo era el más glorioso de todos los proyectos de construcción ordenados por Herodes el Grande. El edificio principal del templo era una estructura espléndida. Había sido hecha de un mármol blanco brillante con decoraciones espectaculares de oro puro. La parte oriental (que era la parte la cual Jesucristo estaba observando) se encontraba cubierta de oro la cual brillaba como espejo en con el sol de la mañana. Todo ese oro irradiaba un brillo que iluminaba todo el lado del Monte de los Olivos y era visible a millas de distancia. Era sin lugar a dudas, el edificio más maravilloso y sorprendente en todo el mundo.

De hecho, la opulencia del templo fue lo que inició la conversación que llevó al discurso de los Olivos. Mientras Jesús se dirigía al Monte de los Olivos, los discípulos habían expresado su asombro por la grandeza del templo. El recuento paralelo en Lucas 21:5, sugiere que ellos se encontraban maravillados por la increíble riqueza representada por las fabulosas decoraciones del templo, las cuales incluían muchas piedras preciosas y otros adornos muy costosos, la mayoría de ellos donados por adoradores acaudalados.

Jesús les contestó con una profecía aterradora: “Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada” (Mateo 24:2). Esa profecía hizo un eco en algo más que Jesús les había dicho a los líderes judíos dentro del mismo templo, probablemente algunos momentos antes: “He aquí vuestra casa os es dejada desierta” (Mateo 23:38).

Los discípulos debieron haberse preguntado en cómo algo tan espectacular como el templo podría quedar “desolado”. La predicción solemne de Cristo de que no quedaría ninguna piedra de esa estructura gloriosa, los sorprendía aún más. Sin duda que también quedaron confundidos. Lo que ahora les estaba diciendo era diametralmente opuesto a sus expectativas mesiánicas. Ellos estaban seguros que Él era el Mesías prometido (16:16), y ellos esperaban que él dirigiera a la nación a una gloria más grandiosa que nunca –pero no que predijera su destrucción.

Por lo tanto, en un corto tiempo después mientras se encontraban sentados en el Valle de Cedron con una vista clara del brillante templo, con el panorama total del templo delante de ellos, “los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (v.3). La respuesta de Cristo fue la más extensa que haya dado a cualquier pregunta registrada en el Nuevo testamento. El discurso de los Olivos cubre dos largos capítulos en el evangelio de Mateo. Un recuento paralelo pero abreviado cubre la mayor parte de Lucas 21.

LAS EXPECTATIVAS MESIÁNICAS DE LOS JUDIOS

Entender las preguntas de los discípulos requiere una apreciación de cómo ellos y sus compatriotas judíos veían el papel mesiánico de Jesús. En su mente, el Mesías era principalmente una figura política que liberaría a Israel de la hostilidad y la ocupación extranjera. Todo Israel creía que cuando su Mesías viniera, recuperaría totalmente todo lo que había sido perdido en sus anos de exilio y siglos subsecuentes de opresión extranjera. Basados en las promesas del Antiguo Testamento sobre los pactos con Abraham y David respectivamente, ellos creían que el Mesías escogería y autenticaría a todas las tribus y a la línea sacerdotal descendiente, reunificar y purificar la nación y reestablecer el trono de David en Jerusalén y bendecir a la nación con una gloria sin precedentes e inimaginable. Las expectativas de los discípulos no eran muy diferentes. Si algo tenían, era que ellos veían esto tan cerca más que la mayoría en Israel, debido a que ellos conocían ya con seguridad que Jesús era el Cristo, el Ungido al que predijeron las profecías del Antiguo Testamento. Así que ellos pensaban que se encontraban en el mismo umbral de ver Su reino terrenal establecido.

No existe mejor ilustración de estas expectativas que el himno de gratitud por parte de Zacarías, el padre de Juan el bautista. Reconociendo que el precursor del Mesías ya había nacido, Zacarías anticipó la pronta venida del libertador de Israel y recitó la promesa mesiánica de los pactos con Abraham y David en un himno de gratitud a Dios:

"Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo:
Bendito el Señor Dios de Israel, Que ha visitado y redimido a su pueblo,
Y nos levantó un poderoso Salvador En la casa de David su siervo,
Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio;
Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron;
Para hacer misericordia con nuestros padres, Y acordarse de su santo pacto;
Del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, Que nos había de conceder
Que, librados de nuestros enemigos, Sin temor le serviríamos
En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días".
(Lucas 1:67-75).

Este himno resume las promesas Mesiánicas de la esperanza de Israel: Dios visitando a Israel para redención, con el Salvador y Rey en la línea de David (2 Sam. 7:12-16; 1 Cro. 17:11-14; Sal. 89:27-37) –liberando a las personas de sus enemigos y haciendo a Israel el trono de su gobierno mundial. El Mesías también cumpliría todas las promesas de Dios a Abraham –incluyendo las bendiciones, protección y la posesión de sus tierras y la victoria sobre sus enemigos para siempre (Gen. 12:1-3; 15:18-21; 22:16-18). Zacarías creía que todas estas promesas serían cumplidas inmediatamente con la llegada del Mesías y por lo tanto, él anticipó la pronta llegada del reino prometido de luz y paz (Isa. 9:2-7; Luc.2:25-32; 36-38).

Obviamente Zacarías no se encontraba solo en su esperanza del cumplimiento inmediato de estas cosas. Israel se encontraba en ese tiempo en el control del gobierno de Roma. El imperio romano se encontraba en su máximo poderío e Israel estaba justo dentro del borde oriental del vasto imperio. El trono de David había caído cientos de años antes y la esperanza de revivirlo aparte de la intervención sobrenatural del Mesías eran en ese tiempo completamente nulo. La única monarquía que tenía el poder en la región durante el tiempo de vida de los discípulos era la dinastía Herodiana y aún eso era bajo el consentimiento de Roma. Peor aún, los Herodes mismos eran también gobernantes extranjeros. Ellos eran sin duda Idumeos –descendientes directos de los edomitas, quienes fueron de la descendencia de Esau. Los Edomitas habían sido por mucho tiempo vecinos molestos y a menudo amargos enemigos de los Israelitas (yendo al tiempo del Éxodo, cuando los edomitas rehusaron que Israel pasara a través de su tierra en Num. 20). Así que, Israel se encontraba de hecho gobernada por múltiples estratos de sus propios adversarios.

Además, a los ciudadanos de Israel se les requería pagar impuestos a Roma y esos impuestos eran para pagar a los ejércitos ocupantes –los opresores principales de Israel! Comprensiblemente, la mayoría de los Israelitas resentían amargamente el tener que pagar tales impuestos al Cesar (Mar.12:13-17). Para empeorar las cosas, el gobierno romano era a menudo deliberadamente opresivo –y de todas las regiones en el vasto imperio, Israel se convirtió en el singular objetivo de la brutalidad romana. A diferencia de otros países bajo el control de Roma, la identidad nacional de Israel era definida por una relación de pacto con Jehová. Por esa razón, el politeísmo romano (en particular la adoración al emperador) no tuvo cual ningún grupo de seguidores entre los Israelitas. Por eso, los gobernadores romanos veían al monoteísmo judío como inherentemente sedicioso. Mientras tanto, los judíos fanáticos hicieron todo lo que pudieron para fomentar la rebelión anti-romana entre su gente. Así que, las tensiones políticas se encontraban muy caldeadas en ese tiempo, motivadas tanto por las atrocidades romanas como por las insurrecciones violentas de los judíos (Luc. 13:1; Mar. 15:7).

Debido al pacto nacional de Israel con Jehová, los gobernantes extranjeros tales como Herodes y los romanos eran percibidos no solo como enemigos políticos, sino también como una vergonzosa plaga espiritual sobre la nación, significando el propio descontento de Dios con su pueblo. La ocupación de Roma en Israel representaba un terrible dilema para el judaísmo. (Esto explica el porque algunos judíos tenían tan profundo sentido de orgullo nacional que ni siquiera estaban dispuestos a conceder la realidad del dominio de Roma: “Descendientes de Abraham somos y no hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo pues dices tu: seréis hechos libres?” (Juan 8:33). Cada fiel corazón en Israel anhelaba que Roma fuera derrotada para que la nación pudiera ser verdaderamente libre otra vez. Y ellos creían que las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento hablaban de Alguien que vendría súbitamente y pondría todas las cosas en su lugar, después que restaurara el trono de David sobre la tierra, gobernando sobre todos los otros reinos del mundo para siempre.
Traducido del ingles por: Daviel D'Paz

Sunday, September 6, 2009

Dos interpretaciones sobre Mateo 24: Futurismo vs. Preterismo Parcial ¿Cuál es la correcta?



Como dije en uno de los artículos anteriores, tanto John MacArthur como Kenneth Gentry se identifican con el Calvinismo en sus respectivos postulados teológicos. Ambos se oponen vehementemente al Arminianismo y refutan las enseñanzas arminianas por considerarlas carentes de apoyo escritural. Aunque ambos autores concuerdan en muchas cosas, no obstante difieren en su apreciación de los detalles escatológicos. Puedo decir sin temor a equivocarme que ellos son como dos polos opuestos en lo que a la escatología se refiere. John MacArthur se encuentra en uno de esos polos conocidos como FUTURISMO, el cual es propagado por el sistema Premilenialista Dispensacional. Esta postura (el futurismo) no ha sido muy popular a lo largo de la historia de la iglesia y ha sido rechazada una y otra vez por los grandes defensores de la ortodoxia cristiana por considerarla una interpretación demasiado especulativa que se presta para toda clase de abusos y falsas interpretaciones. Algunos de los primeros padres de la iglesia parecían sostener esta postura interpretativa.

El Futurismo fue rechazado vehementemente por TODOS los reformadores incluyendo Martín Lutero y Juan Calvino. Fue rechazado también por la mayoría de los Puritanos y por muchos líderes cristianos de los últimos dos siglos. Pero comenzó a cobrar popularidad a inicios del año 1830 con los escritos de John Nelson Darby. Darby adoptó al Futurismo y lo fusionó con otro sistema escatológico relativamente nuevo y completamente DESCONOCIDO anteriormente: El Dispensacionalismo. A partir de allí, el Futurismo Dispensacionalista ha incursionado en casi todos los sectores del mundo protestante: Desde iglesias de casi todas las denominaciones, hasta seminarios y universidades teológicas. Tanto es así, que muchos de los profesores aspirantes tienen que firmar una declaración de fe adhiriéndose al Dispensacionalismo antes de poder enseñar en muchos de esos seminarios y universidades. Es algo perturbador también el darnos cuenta que muchas iglesias evangélicas ven a los distintivos Dispensacionalistas como una marca registrada de lo que es la ortodoxia cristiana, tildando hasta de herejes a aquellos creyentes que no creen ni aceptan tales interpretaciones del texto bíblico.

Cabe mencionar aquí que el FUTURISMO es propagado principalmente por dos corrientes escatológicas: El PREMILENIALISMO HISTORICO y el DISPENSACIONALISMO. El Premilenialismo histórico aunque es Futurista en su apreciación escatológica del libro de Apocalipsis y de algunos otros textos bíblicos, es sin embargo, muy diferente al Dispensacionalismo respecto a ciertos importantes distintivos. Por ejemplo, el Premilenialismo histórico NO CREE en un rapto secreto, como tampoco cree en dos futuras venidas de Cristo: Una POR su iglesia y la otra CON su iglesia. El Dispensacionalismo por el contrario, enseña que habrá un rapto secreto para la iglesia solamente y dos venidas de Cristo, totalmente distintas la una de la otra: Una POR su iglesia y la otra CON su iglesia. No está por demás el preguntarles a ellos cuales son los versículos que afirman esto.

Kenneth Gentry se encuentra en el polo opuesto. Gentry es un Calvinista Reformado y un PRETERISTA PARCIAL en cuanto a escatología se refiere. Gentry cree que muchas de las profecías bíblicas se cumplieron en el año 70 d.C., con la destrucción de Jerusalén. Como Preterista parcial, él cree que la segunda venida literal de Cristo se encuentra todavía en el futuro, contrario a los Preteristas TOTALES los cuales creen que Cristo ya vino y la resurrección de los muertos ya fue efectuada. Gentry ha refutado al Preterismo Total como lo que realmente es: Una peligrosa herejía que puede trastornar la fe de muchas personas. Pero también ha refutado en detalle las interpretaciones Dispensacionalistas por medio de una exégesis cuidadosa de los textos bíblicos y un análisis cuidadoso de la historia.

Antes de que puedas descartar al Preterismo Parcial, te recomiendo que examines los argumentos de Gentry. Te vas a quedar muy sorprendido al ver que tales argumentos son muchos más consistentes y apegados a la sana hermenéutica y mucho más fieles al espíritu del texto bíblico de lo que pensabas. Lamentablemente, a veces aceptamos ciertas enseñanzas sin antes examinarlas con cuidado si cuentan con apoyo bíblico o no. Tristemente esto es lo que ha sucedido con las enseñanzas Dispensacionalistas, las cuales hemos aceptado como algo verdadero sin antes examinarlas a la luz de la Palabra de Dios. Esto es lo que estaremos haciendo en los próximos artículos. Estaremos permitiendo que cada uno de los autores expliquen Mateo 24 y nosotros estaremos examinando sus respectivos argumentos.

Es importante tener presente que muchos autores dispensacionalistas a propósito intentan confundir el Preterismo Parcial con el Preterismo Total para poder ahuyentar a los posibles interesados en comparar a los dos sistemas escatológicos. Esto por supuesto es una gran falta de integridad debido a que ambos sistemas son mucho muy diferentes. Pero esta táctica no es para nada nueva. Se ha usado a lo largo de la historia por todos los que desean que se descarte algún sistema teológico de entrada sin tomarse la molestia de examinarlo con cuidado y compararlo con las Escrituras. Esto es lo que la mayoría de los creyentes arminianos hacen también cuando atacan al Calvinismo confundiéndolo demasiadas veces con el Hiper-Calvinismo, lanzando sus argumentos como si los dos sistemas creyeran lo mismo. Pero es necesario ser cautelosos y saber distinguir entre una cosa y la otra. Solo así podremos ser capaces de sopesar cualquier argumento y tomar nuestras propias decisiones al respecto, tal como los cristianos de Berea lo hacían.

Daviel D’Paz

Thursday, September 3, 2009

¿Es el Presidente Barack Obama “El Anticristo?” Reporte especial Por: Gary De Mar



Un extraño video se encuentra en Youtube afirmando que Jesucristo identificó al presidente Obama como el Anticristo. Algunos cristianos han quedado perplejos por este tan difundido video y creen que la evidencia es muy arrolladora.

Tan convincente como pueda parecer este video a primera vista, esta idea de identificar al anticristo ya ha sido antes realizada. Repetir la historia sería muy redundante y vergonzoso, pero solo daré algunos ejemplos de esto en el siglo XX:

Está el ejemplo de Oswald J. Smith quien escribió un libro en 1926 titulado: “¿Se encuentra ya el Anticristo entre nosotros?”. En ese libro, Smith afirmaba que el dictador italiano Benito Mussolini era el profetizado anticristo. Smith dio todos los detalles acerca de cómo Mussolini encajaba en cada una de las características bíblicas. Smith tuvo que retractarse de lo que había escrito cuando Mussolini fue ejecutado el 28 de Abril de 1945.

Adolfo Hitler fue otro candidato para ser el Anticristo. Parecía ser un candidato perfecto debido a su deseo por la conquista del mundo y su casi exterminio de los judíos en Europa. Algunos conjeturaron que JFK podía ser el anticristo debido a su herida mortal en la cabeza. Salem Kirban escribió un libro en cómo Henry Kissinger “el hombre de paz” podía ser el profetizado anticristo. Aún Ronald Reagan fue considerado como un posible candidato para ser el anticristo, debido a que alguien argumentó que su nombre daba el numero 666: Ronald (6) Wilson (6) Reagan (6). Y no se echó a perder la identidad cuando fue casi asesinado en un intento de homicidio.

Encuentro muy interesante que la mayoría de los pronosticadores proféticos quienes afirman conocer los pormenores de la identidad del anticristo, raramente explican los versículos que usan la palabra “anticristo”. Juan es el único escritor bíblico que usa esa palabra y el único que dice CUANDO se manifestaría el anticristo:

“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo” (1 Juan 2:18).

Juan les estaba diciendo a sus lectores que ELLOS se encontraban viviendo “en el último tiempo”, y no se estaba refiriendo a un grupo de personas que vivirían algunos miles de años después de escribir esas palabras. El énfasis que hace Juan es también hecho por el apóstol Pedro cuando escribe: “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración’ (1 Pedro 4:7). El fin estaba “cerca” para SUS lectores.

Juan nos ayuda a esclarecer la confusión que existe hasta el día de hoy. No había solo UN anticristo: “Muchos anticristos ya HABIAN aparecido”, corrigiendo así a los recipientes de su carta. Es esta realidad que Juan pudo decir a sus lectores en el primer siglo “por ESTO CONOCEMOS que ES el último tiempo”. ¿Quiénes eran esos anticristos? Juan continúa:

“Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo”. (1 Juan 2:19-22).

Esos anticristos fueron en un tiempo parte de la iglesia. La definición de “anticristo” es clara: Ellos negaban que Jesús es el Cristo y que tenía una relación especial con el Padre. Vemos el mismo tema a través de todo el evangelio de Juan, que Cristo y el Padre son uno (Juan 5:36-38; 10:25,30). El negar esta verdad es ser un anticristo.

En su segunda epístola, Juan una vez más nos dice “cuando” aparecerían estos anticristos y qué cosa los identificaría:

“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo” (2Juan 7).

Por eso, no te dejes engañar por los falsos profetas modernos quienes afirman conocer la identidad del anticristo. Esto también va a pasar tal como las otras falsas predicciones.

Traducido del inglés por: Daviel D’Paz
Aqui se encuentra el video para que lo vean: