Desde sus mismos inicios, la iglesia cristiana se vio bombardeada de herejías y falsas enseñanzas aún cuando algunos de los apóstoles todavía se encontraban vivos. Tal fue el caso de las falsas enseñanzas conocidas como el Ebionismo y el Gnosticismo. Estas dos herejías tuvieron sus orígenes en los mismos inicios de la iglesia y tanto el apóstol Pablo como el apóstol Juan se vieron en la apremiante necesidad de refutar esas terribles herejías.
Este artículo es el primero de una serie en el que me propongo examinar cada una da las falsas enseñanzas que han azotado a la iglesia cristiana. Creo que los hispanos somos uno de los grupos étnicos menos familiarizados con la historia de la iglesia. No es entonces de sorprendernos que los hispanos por lo general sean presa fácil de todo tipo de herejías y que nuestros países latinos sean también un excelente “caldo de cultivo” para toda clase de falsas enseñanzas. Enseñanzas que van desde apelar a la codicia de las personas por parte de los inescrupulosos maestros de la “prosperidad” hasta aquellos quienes promueven sus doctrinas pervertidas respecto a la naturaleza de Jesucristo.
Hoy en día, las sectas y doctrinas falsas abundan por todos lados. Siempre ha sido así desde los primeros días de la iglesia. Pero tal parece que esta tendencia se ha incrementado en el último siglo y medio. Grupos heterodoxos cuyos miembros se pueden contar por millones, eran totalmente desconocidos tan solo dos siglos atrás, aunque sus doctrinas distintivas son en realidad las mismas herejías de la antigüedad las cuales han sido etiquetadas y distribuidas como algo nuevo y relevante. Tal es el caso de los mormones y los Testigos de Jehová por mencionar dos de las sectas más conocidas.
¿Quiénes fueron los ebionitas?
Los ebionitas fueron una secta judía que tuvo sus orígenes en el primer siglo de la iglesia. Lo único que se sabe de ellos es lo que escribieron aquellos que se oponían a sus falsas enseñanzas. Por ejemplo, Orígenes escribió lo siguiente respecto a los Ebionitas:
“Hay algunos de ellos quienes aceptan a Jesús y debido a eso, ellos se consideran como cristianos. Sin embargo, ellos rigen sus vidas de acuerdo a las leyes judías, igual que las multitudes judías. Existen dos sectas de los ebionitas. Una de esas sectas reconoce junto con nosotros que Cristo nació de una virgen. La otra secta niega esto y afirma que Él fue engendrado como cualquier otro ser humano” (David Bercott, “A Dictionary of Early Christian Beliefs” p.225, Hendrickson 1998).
Esto que escribió Orígenes es muy importante debido a que reconoce la existencia de por lo menos dos clases de ebionitas: 1) Los que creían en el nacimiento virginal de Cristo, y 2) Los que veían a Jesús únicamente como un profeta.
Phillip Schaff habla también de estas dos clases de ebionitas y describe al primer grupo como “los nazarenos” y dice que este grupo de ebionitas “unieron la observancia de los rituales de la ley mosaica con su creencia en el mesianismo y divinidad de Jesús, usaban el evangelio de Mateo en hebreo, lamentaban profundamente la incredulidad de sus hermanos esperando su conversión futura y esperaban el establecimiento de un reino Milenial de Cristo en esta tierra…Por lo tanto, ellos no eran herejes sino cristianos separatistas. Ellos se establecieron en la posición obsoleta de un judeo-cristianismo muy ansioso y cerrado y eventualmente se convirtieron en una secta insignificante. Jerome dice de ellos que deseando ser tanto judíos como cristianos, no fueron ni lo uno ni lo otro” (Philip Schaff, “History of the Christian Church” p. 431, Hendrickson 2006 [3ª impresión]).
El segundo grupo de ebionitas fue el más radical en sus creencias y enseñanzas. Schaff divide este segundo grupo en dos clases de ebionitas: los que se identificaban con el FARISEISMO y los que se identificaban con los ESENIOS. Schaff menciona que los primeros fueron los más numerosos y abrazaban el legalismo de los fariseos y que fueron también los sucesores propios de los judaizantes a los que Pablo se les opuso en su epístola a los Gálatas.
Schaff también menciona los principales postulados de los ebionitas farisaicos:
a) Que Jesús es el Mesías prometido, el hijo de David y el supremo dador de la ley, sin embargo que él había sido solo un hombre al igual que Moisés y David, y que fue engendrado de manera natural por José y María.
Este artículo es el primero de una serie en el que me propongo examinar cada una da las falsas enseñanzas que han azotado a la iglesia cristiana. Creo que los hispanos somos uno de los grupos étnicos menos familiarizados con la historia de la iglesia. No es entonces de sorprendernos que los hispanos por lo general sean presa fácil de todo tipo de herejías y que nuestros países latinos sean también un excelente “caldo de cultivo” para toda clase de falsas enseñanzas. Enseñanzas que van desde apelar a la codicia de las personas por parte de los inescrupulosos maestros de la “prosperidad” hasta aquellos quienes promueven sus doctrinas pervertidas respecto a la naturaleza de Jesucristo.
Hoy en día, las sectas y doctrinas falsas abundan por todos lados. Siempre ha sido así desde los primeros días de la iglesia. Pero tal parece que esta tendencia se ha incrementado en el último siglo y medio. Grupos heterodoxos cuyos miembros se pueden contar por millones, eran totalmente desconocidos tan solo dos siglos atrás, aunque sus doctrinas distintivas son en realidad las mismas herejías de la antigüedad las cuales han sido etiquetadas y distribuidas como algo nuevo y relevante. Tal es el caso de los mormones y los Testigos de Jehová por mencionar dos de las sectas más conocidas.
¿Quiénes fueron los ebionitas?
Los ebionitas fueron una secta judía que tuvo sus orígenes en el primer siglo de la iglesia. Lo único que se sabe de ellos es lo que escribieron aquellos que se oponían a sus falsas enseñanzas. Por ejemplo, Orígenes escribió lo siguiente respecto a los Ebionitas:
“Hay algunos de ellos quienes aceptan a Jesús y debido a eso, ellos se consideran como cristianos. Sin embargo, ellos rigen sus vidas de acuerdo a las leyes judías, igual que las multitudes judías. Existen dos sectas de los ebionitas. Una de esas sectas reconoce junto con nosotros que Cristo nació de una virgen. La otra secta niega esto y afirma que Él fue engendrado como cualquier otro ser humano” (David Bercott, “A Dictionary of Early Christian Beliefs” p.225, Hendrickson 1998).
Esto que escribió Orígenes es muy importante debido a que reconoce la existencia de por lo menos dos clases de ebionitas: 1) Los que creían en el nacimiento virginal de Cristo, y 2) Los que veían a Jesús únicamente como un profeta.
Phillip Schaff habla también de estas dos clases de ebionitas y describe al primer grupo como “los nazarenos” y dice que este grupo de ebionitas “unieron la observancia de los rituales de la ley mosaica con su creencia en el mesianismo y divinidad de Jesús, usaban el evangelio de Mateo en hebreo, lamentaban profundamente la incredulidad de sus hermanos esperando su conversión futura y esperaban el establecimiento de un reino Milenial de Cristo en esta tierra…Por lo tanto, ellos no eran herejes sino cristianos separatistas. Ellos se establecieron en la posición obsoleta de un judeo-cristianismo muy ansioso y cerrado y eventualmente se convirtieron en una secta insignificante. Jerome dice de ellos que deseando ser tanto judíos como cristianos, no fueron ni lo uno ni lo otro” (Philip Schaff, “History of the Christian Church” p. 431, Hendrickson 2006 [3ª impresión]).
El segundo grupo de ebionitas fue el más radical en sus creencias y enseñanzas. Schaff divide este segundo grupo en dos clases de ebionitas: los que se identificaban con el FARISEISMO y los que se identificaban con los ESENIOS. Schaff menciona que los primeros fueron los más numerosos y abrazaban el legalismo de los fariseos y que fueron también los sucesores propios de los judaizantes a los que Pablo se les opuso en su epístola a los Gálatas.
Schaff también menciona los principales postulados de los ebionitas farisaicos:
a) Que Jesús es el Mesías prometido, el hijo de David y el supremo dador de la ley, sin embargo que él había sido solo un hombre al igual que Moisés y David, y que fue engendrado de manera natural por José y María.
b) Que la circuncisión y la observancia de toda la ley de Moisés eran necesarias para la salvación de todas las personas.
c) Que Pablo era un apóstata y hereje y que todas sus epístolas debían ser descartadas. La secta de los ebionitas consideraba al apóstol Pablo como un nativo pagano quien se convirtió al judaísmo solo por motivos impuros.
d) Que Cristo iba a regresar muy pronto para establecer su glorioso reino Milenial con la ciudad de Jerusalén como sede. (Schaff, op.cit. p. 433).
Los ebionitas fueron el grupo de judaizantes que se encontraban trastornando la fe de los creyentes de Galacia a los que el apóstol Pablo se les opuso vehementemente. No solo enseñaban un concepto totalmente equivocado de la salvación, sino que también negaban la divinidad de Cristo y su preexistencia como el Eterno Verbo de Dios antes de venir a este mundo, argumentando que Cristo fue adoptado como Hijo en su bautismo. A esta herejía se le ha conocido como “Adopcionismo”.
Walter A. Elwell hace un breve resumen de lo que creían los ebionitas:
“Los ebionitas negaban la preexistencia del Logos, veneraban a Jerusalén, veían el cristianismo como obediencia a un código moral que cumplía la ley, veían a Jesús como el que fue ungido en su bautismo enseñando que Jesús fue elegido debido a que guardó la ley perfectamente, enfatizaban la epístola de Santiago y rechazaban la soteriología Paulina. Algunos se inclinaban hacia un dualismo gnóstico. Muchos otros eran vegetarianos y practicaban varios rituales de limpieza los cuales culminaban en bautismo”. (Walter A. Elwell, “Evangelical Dictionary of Theology”, p. 362, Baker 2001).
Por regla general, todos aquellos que tienen un concepto equivocado de Dios usualmente terminan equivocándose también en otros aspectos importantes de la fe cristiana. Los ebionitas no creían en Cristo como el Eterno Hijo de Dios y el resultado de negar esa verdad bíblica, resultaba en un concepto equivocado de la salvación por la gracia de Dios mediante el sacrificio perfecto de Cristo como el Cordero de Dios. Es por eso que todas las ideas traen sus consecuencias para bien o para mal.
Daviel D’Paz
2 comments:
Querido hermano Daviel,
me pareció oportuno el artículo sobre los ebionitas y sus creencias heréticas con que permearon la naciente iglesia de Cristo. Primero, porque ignorar nuestra historia es no conocer a fondo quiénes somos; y, además, porque hay mucho de ebionismo en las prédicas "evangélicas" actuales.
Junto a esa desviación helenista, hubo muchas otras que los apóstoles aún vivos combatieron. Siempre que se menciona al ebionismo se cita al "docetismo", como la herejía que obraba como su contraparte.
El apóstol Juan en su primera carta (1:1) ya nos advierte acerca de los docetas, quienes opinaban que el hombre mortal es demasiado imperfecto y Dios demasiado perfecto como para hacerse hombre en Cristo; que nuestro Señor era sólo una apariencia o idea de Dios; concepto éste ligado a las enseñanzas de Platón. La acomodaticia dualidad gnóstica le hizo tanto daño a la sana doctrina de la iglesia con el ebionismo, como lo hizo con el docetismo.
Todavía hay muchos creyentes que creen que el cuerpo, y todo lo que tenga que ver con el soma, es pecaminoso, perverso y contrario al plan del Creador. Desconocen así las doctrinas bíblicas del pecado, de satanás, del sistema mundano sujeto a pecado, del hombre, de Dios, de su encarnación en Jesucristo y del Espíritu Santo.
Porque niegan -a sabiendas o no- el padecimiento vicario de Cristo en su cuerpo real de carne y hueso, le adscriben al espíritu lo real y verdadero. Niegan así todo compromiso con lo humano y social y se enclaustran mental y prácticamente en un espiritualismo más ligado a lo místico y milagroso, que a la fe bíblica.
Quizás sería muy conveniente publicar en este blog, un comentario sobre esta otra herejía actualizada, con el mismo nivel y claridad expresados acerca del ebionismo.
Gracias por tan buen material y bendiciones en Cristo Jesús -verdadero hombre y perfecto Dios- a quien esperamos en su cuerpo glorificado.
Sammy
Querido Sammy:
Gracias por compartir tus pensamientos. De verdad que necesitamos desesperadamente familiarizarnos con las herejias que plagaron a la iglesia de los primeros siglos. Alguien dijo muy acertadamente que "no hay herejias antiguas" debido a que todas las herejias aparecen una y otra vez vestidas con distintas ropas, pero la esencia es la misma.
Aunque he titulado esta serie como:"Herejias antiguas y modernas", en realidad las herejias de la actualidad son las mismas con las que tivieron que lidiar algunos de los apostoles mientras vivian. Gracias por mencionar tambien la herejia del gnosticismo. De hecho, esa herejia es la TERCERA que estare abordando en esta serie de herejias.
Espero que estos breves articulos logren despertar el interes de muchos cristianos de habla hispana para que comiencen a examinar e investigar de cerca todas las herejias que la iglesia ha tenido que refutar una y otra vez.
Ojala que estos articulos nos contagien tambien con un renovado celo para defender la ortodoxia y "contender ardientemente por la fe una vez dada a los santos" (Judas 3).
Bendiciones
Daviel
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