Hoy día se tiene un concepto muy equivocado de lo que es el pecado. Muchos tienen la falsa idea de que el pecado es algo divertido. Vivimos en una cultura dominada por el pecado y muchos hasta lo usan como una estrategia para atraer clientela. Las cadenas de televisión compiten unas con otras para ofrecer sus mejores platillos cargados de inmundicia y ganar más espectadores. Todos sabemos que los programas de la televisión que más éxito tienen, son aquellos que exaltan el morbo, que promueven el pecado, el vicio y la sensualidad de una manera abierta y sin restricciones.
La enseñanza bíblica del pecado ha sido diluida de tal manera con las enseñanzas de la psicología moderna, que prácticamente se ha dejado irreconocible. Lamentablemente esta mentalidad del mundo se ha infiltrado en las mismas iglesias. Por ejemplo, aceptamos como muy normal que un los programa de la televisión presenten escenas que glorifican el pecado llevándolas hasta nuestros mismos hogares como algo muy normal y atractivo. Si tuviéramos un entendimiento correcto de lo que es el pecado y si lo viéramos como Dios lo ve, protestaríamos indignados ante semejante atrocidad.
Pero además, también se tiene un concepto equivocado de cómo Dios ve al pecador. Hemos escuchado tantas veces la frase que dice: “Dios odia el pecado, pero ama al pecador”, que ni siquiera nos tomamos la molestia para examinar si esa afirmación tiene base bíblica o no. (Ray Comfort dice que esa frase fue inventada para no ofender a los homosexuales). La verdad es que la Biblia claramente nos dice cual es la opinión de Dios respecto al pecador (Salmo 5:5; 7:11; Prov.12:7; 15:9,29; 16:4; Isaías 63:3,4; Romanos 2:5; Apocalipsis 19:15).
Los predicadores antiguos no estaban contaminados con las falsas enseñanzas de la psicología moderna y podían entender claramente lo que es el pecado y cómo el pecado enfurece al Dios todo Santo y cómo ese Dios Santo ha sido ofendido terriblemente por el pecador. Jonathan Edwards dijo lo siguiente en uno de sus mensajes titulado “Pecadores en manos de un Dios airado”:
“Así como alguien sostiene a una araña o a cualquier otro insecto asqueroso sobre el fuego, así Dios te sostiene sobre el abismo del infierno. Dios te aborrece y ha sido terriblemente provocado y su ira se enciende sobre ti como fuego. Te ve como digno pero no para otra cosa, sino para ser echado en el fuego. El es tan puro de ojos que no puede ni siquiera mirarte. Eres diez mil veces más detestable ante sus ojos que lo que es la serpiente más venenosa ante los nuestros. Le has ofendido infinitamente más que cualquier criminal haya ofendido a algún juez. Y sin embargo, no es otra cosa más que Su mano la que te detiene de no caer en el fuego en cualquier momento”.
Tal vez muchos piensen que estas palabras son muy fuertes. Pero la verdad es que es el mismo lenguaje que usó Juan el bautista así como Jesús para denunciar tanto al pecado como a los pecadores (Mateo 3:5-10; 23:14). Pero para muchas personas, tales palabras les suenan muy fuertes y hasta “faltas de amor”. Es debido a que vivimos y nos hemos desarrollado en una cultura que fomenta el pecado a los cuatro vientos y todavía se jacta de ello, que no podemos soportar los mensajes sobre el pecado.
Daviel D’Paz
La enseñanza bíblica del pecado ha sido diluida de tal manera con las enseñanzas de la psicología moderna, que prácticamente se ha dejado irreconocible. Lamentablemente esta mentalidad del mundo se ha infiltrado en las mismas iglesias. Por ejemplo, aceptamos como muy normal que un los programa de la televisión presenten escenas que glorifican el pecado llevándolas hasta nuestros mismos hogares como algo muy normal y atractivo. Si tuviéramos un entendimiento correcto de lo que es el pecado y si lo viéramos como Dios lo ve, protestaríamos indignados ante semejante atrocidad.
Pero además, también se tiene un concepto equivocado de cómo Dios ve al pecador. Hemos escuchado tantas veces la frase que dice: “Dios odia el pecado, pero ama al pecador”, que ni siquiera nos tomamos la molestia para examinar si esa afirmación tiene base bíblica o no. (Ray Comfort dice que esa frase fue inventada para no ofender a los homosexuales). La verdad es que la Biblia claramente nos dice cual es la opinión de Dios respecto al pecador (Salmo 5:5; 7:11; Prov.12:7; 15:9,29; 16:4; Isaías 63:3,4; Romanos 2:5; Apocalipsis 19:15).
Los predicadores antiguos no estaban contaminados con las falsas enseñanzas de la psicología moderna y podían entender claramente lo que es el pecado y cómo el pecado enfurece al Dios todo Santo y cómo ese Dios Santo ha sido ofendido terriblemente por el pecador. Jonathan Edwards dijo lo siguiente en uno de sus mensajes titulado “Pecadores en manos de un Dios airado”:
“Así como alguien sostiene a una araña o a cualquier otro insecto asqueroso sobre el fuego, así Dios te sostiene sobre el abismo del infierno. Dios te aborrece y ha sido terriblemente provocado y su ira se enciende sobre ti como fuego. Te ve como digno pero no para otra cosa, sino para ser echado en el fuego. El es tan puro de ojos que no puede ni siquiera mirarte. Eres diez mil veces más detestable ante sus ojos que lo que es la serpiente más venenosa ante los nuestros. Le has ofendido infinitamente más que cualquier criminal haya ofendido a algún juez. Y sin embargo, no es otra cosa más que Su mano la que te detiene de no caer en el fuego en cualquier momento”.
Tal vez muchos piensen que estas palabras son muy fuertes. Pero la verdad es que es el mismo lenguaje que usó Juan el bautista así como Jesús para denunciar tanto al pecado como a los pecadores (Mateo 3:5-10; 23:14). Pero para muchas personas, tales palabras les suenan muy fuertes y hasta “faltas de amor”. Es debido a que vivimos y nos hemos desarrollado en una cultura que fomenta el pecado a los cuatro vientos y todavía se jacta de ello, que no podemos soportar los mensajes sobre el pecado.
Daviel D’Paz
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