Monday, December 15, 2008

LA BUSQUEDA DE DIOS



A. W. Tozer fue un hombre excepcional que sentía una verdadera pasión por Dios. Le llamaban “el profeta del siglo XX” y por 31 años fue el pastor de la iglesia Southside Alliance en Chicago. Aunque murió en el año de 1963, sus escritos no han muerto y todavía siguen inspirando a millones de creyentes a buscar a Dios en oración.

Tozer era un hombre de oración que buscaba intensamente el rostro de Dios. Samuel M. Zwemer llegó a conocerlo personalmente y escribe acerca de él lo siguiente en su introducción del libro “La Búsqueda de Dios”:

“Mi conocimiento del autor de este libro, se reduce a unas cuantas visitas que hice a su iglesia, donde compartí con él preciosos momentos de compañerismo. Allí descubrí a todo un autodidacta, un lector apasionado con una estupenda biblioteca de obras clásicas y devocionales, un hombre que pasaba las noches en su búsqueda de Dios. Su libro es el resultado de mucha meditación y mucha oración. No es una colección de sermones. Nada tiene que ver con el púlpito o las bancas de la iglesia. Se dirige a las almas sedientas de Dios. Todos sus capítulos podrían resumirse en el clamor de Moisés: ‘¡Muéstrame tu gloria!’ o en la exclamación de Pablo ‘¡Oh, profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!’ Esta es la teología del corazón, no de la mente”. (p. 6)

Ningún verdadero creyente puede leer el libro de Tozer “La búsqueda de Dios” sin tener que dejar el libro a un lado y arrodillarse para buscar a Dios en oración. Nadie puede leerlo y permanecer indiferente a lo que él escribe, pues sus palabras se encuentran cargadas de pasión por Dios y por su presencia. Tozer Escribe en el prefacio del libro lo siguiente:

“En esta hora de casi total oscuridad se vislumbra un destello alentador: dentro del cristianismo conservador cada día son más las voces que están sintiendo un anhelo creciente de encontrarse con Dios. Almas que desean conocer las realidades espirituales, y no se contentan con meras “interpretaciones” de la Palabra de Dios. Los que tienen verdadera sed de Dios no se contentan hasta que no beben de la fuente de Agua Viva. Esta genuina sed y hambre de Dios es el único precursor de avivamiento en el mundo religioso…Lo que desean por sobre todas las cosas, es la presencia de Dios. Más que ninguna otra cosa desean gustar de la “penetrante dulzura” del amor de Cristo, del cual escribieron los profetas y cantaron los salmistas”.

Tozer fue radical. No extremista, sino radical. Sus escritos no se generaron en su mente, sino en un corazón ardiente que deseaba la presencia de Dios más que todas las cosas. Cristo dijo que “De la abundancia del corazón, habla la boca”. Y lo que Tozer decía y escribía salía de un corazón que anhelaba encontrarse con Dios mismo en la cámara secreta de la oración privada.

Acertadamente Tozer escribió lo siguiente:

“La exposición sana y correcta de la Biblia es imperativa en la iglesia del Dios vivo. Sin ella ninguna iglesia puede ser una iglesia neotestamentaria en el estricto sentido del término. Pero dicha exposición puede hacerse de tal manera que deje a los oyentes vacíos de verdadero alimento espiritual. Las almas no se alimentan solo de palabras, sino de Dios mismo, y mientras los creyentes no encuentren a Dios en una experiencia personal, las verdades que escuchen no les harán ningún bien. Leer y enseñar la Biblia no es un fin en sí mismo, sino el medio para que lleguemos a conocer a Dios, y que podamos deleitarnos con su presencia y gustemos cuan dulce y grato es sentirle en el corazón”.

Así que, hermano o hermana si deseas leer un buen libro en estos días, te recomiendo grandemente este libro de A. W. Tozer titulado: “La búsqueda de Dios”. Tal vez tu vida de oración pueda ser impactada de tal manera que ya nunca sea la misma.

En el amor de Cristo

Daviel D’Paz

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