Pero con el paso del tiempo, comencé a darme cuenta que no todas las personas ven la navidad como un evento para dar gracias a Dios el Padre por haber enviado a Jesucristo a nacer en nuestro mundo manchado por el pecado y la desobediencia. Comencé a darme cuenta que muchas personas usan ese importante evento como una oportunidad para practicar toda clase de pecado imaginable y como una excusa para dar rienda suelta a sus deseos y pasiones desordenadas.
Otros, ven la Navidad como un evento meramente cultural. Lo ven como una oportunidad para intercambiar regalos, obsequiar tarjetas con buenos deseos y como una oportunidad para adornar sus hogares con llamativas luces de colores. Pero la Navidad es mucho más que eso. La Navidad no es solo una oportunidad para intercambiar regalos y adornar con luces de colores nuestros hogares. El verdadero significado de la Navidad es el hecho de que el Dios Todopoderoso que creó los cielos y la tierra, vino a este mundo de la manera menos esperada: Como un niño indefenso que tuvo que depender del cuidado de sus padres terrenales.
La Biblia nos enseña que Dios se hizo hombre y que vivió entre nosotros (Juan 1:14). Este evento “que partió la historia en dos” fue posible a través de lo que se le conoce como la Encarnación. Aunque muchas personas celebran este evento tan importante de la manera equivocada, nunca debemos olvidar que el verdadero motivo de esta celebración es Jesucristo y solo él.
El nacimiento de Cristo nos muestra algo jamás visto en la historia de la humanidad y que nunca debe ser ignorado o pasado por alto:
1) Nos muestra que lo infinito se mezcló con lo finito, lo inmortal se mezcló con lo mortal, lo incorrupto se mezcló con lo corrupto, la divinidad se mezcló con la humanidad y el Creador se mezcló con la criatura (1 Timoteo 3:16).
2) Nos muestra un cuadro maravilloso y extraordinario: El Creador del universo a quien los cielos y la tierra no pueden contener, vino a este mundo como un niño indefenso el cual se encontraba recostado en los brazos de una madre terrenal (2 Crónicas 6:17,18; Colosenses 1:15-17).
3) Nos muestra que ese Dios Todopoderoso que creó y fundó el universo, se encontraba completamente indefenso en su nacimiento y dependiendo de los pechos de una mujer para su alimento (Juan 1:1-4).
4) Nos muestra también el trasfondo humilde de su nacimiento. La Biblia no nos dice que “una princesa” concebiría y daría a luz, sino una virgen (Mateo 1:22,23).
5) Nos muestra que su nacimiento fue humilde. Es extraño que el Señor de la gloria no haya nacido en un palacio. Él nació en una aldea pobre y despreciada llamada Belén. Aún allí, no nació en el palacio del gobernador ni en la mansión del hombre principal, sino en un establo donde comían los animales (Lucas 2:6,7).
6) Nos muestra que aunque su nacimiento fue humilde, también fue glorioso al mismo tiempo. Ningún otro hombre ha tenido jamás un nacimiento como el que tuvo Jesucristo de quien escribieron muchos profetas cientos de años antes, cuyo nombre se encuentra en los anales de la historia más que cualquier otro y de quien los mismos Ángeles anunciaron su nacimiento (Lucas 2:8-11).
7) Nos muestra que aunque príncipes y reyes podrán nacer y morir, pero ningún coro de ángeles jamás han anunciado sus nacimientos diciendo: “¡Gloria a Dios en las alturas!”(Lucas 2:13,14).
Charles Spurgeon explicó el significado de la Navidad con las siguientes palabras:
“Pónganme en el desierto donde no crece la vegetación y todavía podré decir: “Dios con nosotros”. Déjenme en medio del embravecido mar y aunque mi barco dance a través de las olas, todavía podré decir: “Dios con nosotros”. Aunque mi cuerpo se hunda en lo profundo del océano y se esconda en sus cavernas, todavía podré decir: “Dios con nosotros”. Aunque me encuentre en la tumba durmiendo, todavía podré ver las huellas de Jesucristo que pasó por esa senda y aún allí podré decir: “Dios con nosotros”.
Que en esta Navidad pueda brillar también en muchos corazones la luz de la esperanza gloriosa que brilló en aquella aldea de Belén hace 2,000 años. Y que Jesucristo y solo él, sea el centro y motivo de nuestra celebración en estos días.
¡Feliz Navidad! Les desea a todos ustedes su hermano en Cristo:
Pastor, Daviel D’Paz