La gente se encuentra dividida. Unos lo admiran y lo perdonan, pero otros lo insultan y rehúsan perdonarlo. La entrevista realizada en exclusiva por Teresa Rodríguez de la cadena Univisión, fue como una bomba que estalló dentro de la Iglesia Católica Romana. Las comprometedoras y escandalosas fotos del “Padre Alberto” (como lo han llamado por muchos años), con una mujer divorciada ya le han dado la vuelta al mundo.
No quise perderme la entrevista que le hizo Teresa Rodríguez, y pude escuchar de sus propios labios su explicación de que fue lo que lo llevó a cometer tal acción: simplemente se enamoró. No es pecado el enamorarse. El problema para él es que, como sacerdote católico romano, hizo un voto de permanecer célibe por el resto de su vida para servir a la iglesia.
En algún momento de la entrevista, Alberto intentó justificar lo que hizo mencionando lo que la Biblia dice: “No es bueno que el hombre esté solo” y se refirió también a los apóstoles como hombres casados y que Pedro (quien él cree fue el primer Papa), también era un hombre casado. Esto realmente me sorprendió escucharlo de sus propios labios, debido a que la ICR oficialmente no acepta el casamiento de los sacerdotes. Sin embargo, me pareció que en este tema Alberto (tal vez por ahora), concuerda más con la teología Protestante respecto al tema del celibato que con la Iglesia católica romana. Aunque él dice que no desea crear una polémica dentro de la ICR sobre el tema del celibato, la verdad es que toda su persona ya se encuentra envuelta en esa polémica. ¿Por qué razón?
Por la siguiente razón: en el mismo momento que Alberto ha admitido que se enamoró de una mujer, teológicamente le propina un certero golpe a la práctica de la ICR para con los sacerdotes ordenados. Aunque Alberto diga que él todavía sigue estando de acuerdo con el celibato de los sacerdotes, la realidad es que sus acciones se encuentran hablando mucho más fuerte que sus palabras. Alberto tal vez intentó justificar su proceder al argumentar que “el amor le llegó sin planearlo”, la verdad es que eso demuestra no solo lo inadecuado, sino también lo antibiblico del celibato en la ICR.
Escribo esto como un cristiano evangélico de la línea Reformada. Aunque no estoy de acuerdo con la enseñanza de una clase especial “sacerdotal” dentro de la ICR, el punto que deseo enfatizar aquí, es que el celibato NO ES, ni nunca ha podido ser probado su legitimidad con las Escrituras. Desde luego que, debido a la autoridad de la ICR la cual descansa NO EN LAS ESCRITURAS SOLAMENTE, sino en LAS ESCRITURAS + LA TRADICIÓN, todos los fieles católicos deben aceptar la enseñanza del celibato como algo legítimo que debe ser observado por todo sacerdote ordenado.
Sin embargo, esta enseñanza no cuenta con ningún apoyo bíblico ni histórico. Por el contrario, la Biblia habla duramente en contra de aquellos que prohibirían casarse: “Por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia PROHIBIRAN CASARSE, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad” (1 Timoteo 4:2,3).
La Biblia también nos dice que el único que escogió quedar célibe no fue Pedro, sino el apóstol Pablo. Pedro estaba casado, pues Jesús sanó a su propia suegra (Mateo 8:14-17; Lucas 4:38,39; 1Cor. 9:5). En estos pasajes de la Biblia, podemos ver claramente establecido algo que la ICR no puede seguir ignorando: el apóstol Pedro era un hombre casado y siguió casado hasta el día de su muerte. Si esto fue así, entonces la teoría de que el Papa debe ser célibe se viene por los suelos, debido a que el catolicismo romano considera al apóstol Pedro como el primer Papa.
El apóstol Pablo escribiendo sobre los problemas en el matrimonio dijo lo siguiente: “Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento. Quisiera mas bien QUE TODOS LOS HOMBRES FUESEN COMO YO; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen el don de continencia, CASENSE, PUES MEJOR ES CASARSE QUE ESTARSE QUEMANDO” (1 Cor. 7:6-9). Lamentablemente, la autoridad de la ICR no descansa únicamente en las Sagradas Escrituras y debido a esto, pasan por alto el mandamiento expreso del apóstol Pablo: que “mejor es CASARSE que estarse quemando”. Y como resultado, imponen una carga a los sacerdotes que no solo es antibiblica, sino también es anti-natural y que va en contra de la voluntad establecida de Dios cuando dijo: “No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea para él” (Génesis 2:18).
Algo que dijo Alberto en cierto momento de la entrevista, me llamó poderosamente la atención. El dijo que era se consideraba como un sacerdote del siglo XXI dentro de una institución del siglo XVIII. Tal vez él desearía que su iglesia eliminara el celibato como un requisito para el sacerdocio. Lamentablemente, la estructura jerárquica de la ICR no podría existir sin ese distintivo. Para que el sacerdocio sea efectivo dentro de la ICR, los sacerdotes deben ser “célibes” aunque esto tenga una conexión más cercana con el paganismo que con el cristianismo.
Daviel D’Paz
No quise perderme la entrevista que le hizo Teresa Rodríguez, y pude escuchar de sus propios labios su explicación de que fue lo que lo llevó a cometer tal acción: simplemente se enamoró. No es pecado el enamorarse. El problema para él es que, como sacerdote católico romano, hizo un voto de permanecer célibe por el resto de su vida para servir a la iglesia.
En algún momento de la entrevista, Alberto intentó justificar lo que hizo mencionando lo que la Biblia dice: “No es bueno que el hombre esté solo” y se refirió también a los apóstoles como hombres casados y que Pedro (quien él cree fue el primer Papa), también era un hombre casado. Esto realmente me sorprendió escucharlo de sus propios labios, debido a que la ICR oficialmente no acepta el casamiento de los sacerdotes. Sin embargo, me pareció que en este tema Alberto (tal vez por ahora), concuerda más con la teología Protestante respecto al tema del celibato que con la Iglesia católica romana. Aunque él dice que no desea crear una polémica dentro de la ICR sobre el tema del celibato, la verdad es que toda su persona ya se encuentra envuelta en esa polémica. ¿Por qué razón?
Por la siguiente razón: en el mismo momento que Alberto ha admitido que se enamoró de una mujer, teológicamente le propina un certero golpe a la práctica de la ICR para con los sacerdotes ordenados. Aunque Alberto diga que él todavía sigue estando de acuerdo con el celibato de los sacerdotes, la realidad es que sus acciones se encuentran hablando mucho más fuerte que sus palabras. Alberto tal vez intentó justificar su proceder al argumentar que “el amor le llegó sin planearlo”, la verdad es que eso demuestra no solo lo inadecuado, sino también lo antibiblico del celibato en la ICR.
Escribo esto como un cristiano evangélico de la línea Reformada. Aunque no estoy de acuerdo con la enseñanza de una clase especial “sacerdotal” dentro de la ICR, el punto que deseo enfatizar aquí, es que el celibato NO ES, ni nunca ha podido ser probado su legitimidad con las Escrituras. Desde luego que, debido a la autoridad de la ICR la cual descansa NO EN LAS ESCRITURAS SOLAMENTE, sino en LAS ESCRITURAS + LA TRADICIÓN, todos los fieles católicos deben aceptar la enseñanza del celibato como algo legítimo que debe ser observado por todo sacerdote ordenado.
Sin embargo, esta enseñanza no cuenta con ningún apoyo bíblico ni histórico. Por el contrario, la Biblia habla duramente en contra de aquellos que prohibirían casarse: “Por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia PROHIBIRAN CASARSE, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad” (1 Timoteo 4:2,3).
La Biblia también nos dice que el único que escogió quedar célibe no fue Pedro, sino el apóstol Pablo. Pedro estaba casado, pues Jesús sanó a su propia suegra (Mateo 8:14-17; Lucas 4:38,39; 1Cor. 9:5). En estos pasajes de la Biblia, podemos ver claramente establecido algo que la ICR no puede seguir ignorando: el apóstol Pedro era un hombre casado y siguió casado hasta el día de su muerte. Si esto fue así, entonces la teoría de que el Papa debe ser célibe se viene por los suelos, debido a que el catolicismo romano considera al apóstol Pedro como el primer Papa.
El apóstol Pablo escribiendo sobre los problemas en el matrimonio dijo lo siguiente: “Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento. Quisiera mas bien QUE TODOS LOS HOMBRES FUESEN COMO YO; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen el don de continencia, CASENSE, PUES MEJOR ES CASARSE QUE ESTARSE QUEMANDO” (1 Cor. 7:6-9). Lamentablemente, la autoridad de la ICR no descansa únicamente en las Sagradas Escrituras y debido a esto, pasan por alto el mandamiento expreso del apóstol Pablo: que “mejor es CASARSE que estarse quemando”. Y como resultado, imponen una carga a los sacerdotes que no solo es antibiblica, sino también es anti-natural y que va en contra de la voluntad establecida de Dios cuando dijo: “No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea para él” (Génesis 2:18).
Algo que dijo Alberto en cierto momento de la entrevista, me llamó poderosamente la atención. El dijo que era se consideraba como un sacerdote del siglo XXI dentro de una institución del siglo XVIII. Tal vez él desearía que su iglesia eliminara el celibato como un requisito para el sacerdocio. Lamentablemente, la estructura jerárquica de la ICR no podría existir sin ese distintivo. Para que el sacerdocio sea efectivo dentro de la ICR, los sacerdotes deben ser “célibes” aunque esto tenga una conexión más cercana con el paganismo que con el cristianismo.
Daviel D’Paz
1 comment:
Oi. Parabéns por seu excelente blog. Gostaria de lhe convidar para visitar meu blog e conhecer alguma coisa sobre o Brasil. Abração
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