Cierto día caminando entre los estantes de una librería cristiana, me llamó la atención ver una versión en español del libro de John Piper titulado: PRUEBA Y OBSERVA. Aunque ya tenía la versión original en inglés, pensé que sería interesante el comprar una copia de este importante libro ya que estaba disponible también en español. Al tomarlo entre mis manos, me pareció un tanto sorprendente que editorial VIDA se hubiera atrevido a publicar un libro como este, ya que, como algunos pueden darse cuenta, editorial Vida es una editorial inclinada principalmente hacia el Arminianismo y su política va en contra de todo lo que tenga que ver con el Calvinismo.
Decidí buscar este libro en la página oficial de editorial Vida para ver el precio oficial que ellos tenían y para mi sorpresa, me di cuenta que este libro ya lo dieron de baja de su lista y no lo tienen ya más disponible al público. No pude resistir el preguntarme del porqué editorial Vida ya no deseaba vender este producto, cuando tienen todavía entre sus productos disponibles otros libros de John Piper tales como GRACIA VENIDERA y LOS DELEITES DE DIOS, entre otros. De repente, mis ojos se posaron en el capítulo 109 de este libro y se titula “Como avanzar más allá de los límites de la expiación ilimitada”.
Al leer el capítulo en su totalidad creí que ya había encontrado la razón del porque editorial Vida había descartado y dado de baja tan pronto este libro (a solo un año de haberlo publicado originalmente). Todo lector observador no tardará en darse cuenta que este capítulo en especial, es un ataque directo hacia los postulados arminianos de la “expiación universal o ilimitada”. John Piper no se anda con rodeos en esto, y va directo al grano desde el mismo inicio exponiendo los argumentos endebles y superficiales del sistema Arminiano.
Aquí transcribo lo que Piper ha escrito sobre esto y espero lo disfrute como yo lo he disfrutado:
Los arminianos toman todos los pasajes que dicen que la muerte de Cristo es “por nosotros” (Romanos 5:8; 1 Tesalonicenses 5:10) o por “sus ovejas” (Juan 10:11,15) o por “la iglesia” (Efesios 5:25; Hechos 20:28) o por los “hijos de Dios” (Juan 11:52) o por “los que está santificando” (Hebreos 10:14) y dicen que el significado es este: Dios diseña y propone la expiación para toda persona, pero la aplica de forma efectiva y salvadora solo a los que creen y llegan a ser parte de “nosotros” y “las ovejas” y “la iglesia” y “los hijos de Dios”.
Según esta noción, entonces la frase: “Cristo murió por ustedes” quiere decir: Cristo murió por todos los pecadores, así que si usted se arrepiente y cree en Cristo, entonces la muerte de Cristo será efectiva en su caso y le quitará sus pecados. “Murió por ustedes” significa que si usted cree, la muerte de Jesús cubrirá sus pecados.
Ahora bien, hasta este punto, esta es enseñanza bíblica. Pero entonces los arminianos niegan algo que a mi juicio la Biblia enseña. Ellos niegan que Dios haya tenido el propósito de que los pasajes relacionados con la muerte de Cristo por “nosotros” o sus “ovejas” o su “iglesia” o “los hijos de Dios” obtengan algo más para su pueblo que los beneficios que reciben después de que creen. Niegan, en específico, que la muerte de Cristo haya sido propuesta por Dios no solo para que la gente obtenga los beneficios después de que creen (lo cual es verdad), sino incluso para algo más: Dios propuso que la muerte de Cristo obtenga la misma disposición para creer. En otras palabras, la divina gracia que lleva a vencer nuestra dureza de corazón para que lleguemos a ser creyentes también fue obtenida por la sangre de Jesús. Esto es lo que niegan.
No hay disputa en que Cristo murió para obtener grandes beneficios salvadores para todos los que creen. Es más, no hay disputa en que Cristo murió para que podamos decirle a toda persona en todas partes sin excepción: Dios dio a su Hijo unigénito para que muriera por el pecado de manera que si usted cree en él puede tener vida eterna. Juan 3:16 queda afirmado. Amen.
La disputa está en si Dios propuso que la muerte de Cristo obtuviera más que estas cosas: (1) beneficios salvadores después de la fe, y (2) una invitación bona fide que se puede extender a toda persona a que crea en Cristo para salvación. En específico, ¿propuso Dios que la muerte de Cristo obtenga la dádiva gratuita de la fe y el arrepentimiento? (Efesios 2:8: 2Timoteo 2:25). ¿Obtuvo la sangre de Cristo tanto los beneficios después de la fe como el beneficio de la fe misma?
¿Contradice necesariamente la interpretación Arminiana histórica de algunos pasajes “universales” sobre la expiación este “más” que estoy afirmando en cuanto a los propósitos de Dios en la muerte de Cristo? Pasajes como 1Timoteo 2:6; 1Juan 2:1,2; Hebreos 2:9; 2Corintios 5:19; Juan 1:29.
Pienso que no…por lo menos no tienen que contradecirla. Los arminianos históricamente son tan fervientes como los calvinistas para evitar decir que estos textos enseñan la “salvación universal”. Así que no enseñan que la muerte de Cristo “por todos” en efecto salva a todos. Más bien dicen, en las palabras de Millard Erickson: “Dios propuso la expiación para hacer la salvación posible para toda persona. Cristo murió por toda persona, pero esta muerte expiatoria llega a ser efectiva solo cuando el individuo la acepta”. Erickson luego dice: “Esta es la noción de todos los arminianos” (Systematic Theology [Teología Sistemática], Baker Book House, Grand Rapids, 1985, p.285, énfasis añadido).
Es esencial ver que los arminianos no dicen. Ellos no dicen que, en la muerte de Cristo, Dios se propuso en efecto salvar a todos aquellos por los que Cristo murió. Dicen que Dios solo se propuso hacer posible la salvación para todos aquellos por los que Cristo murió. Pero esta interpretación de estos pasajes “universales” no contradice la afirmación calvinista de que Dios en efecto se propone obtener la gracia de fe y arrepentimiento para un grupo de definitivo por la muerte de Cristo.
Los arminianos tal vez nieguen esta afirmación, pero no pueden negarla en base a su interpretación de los pasajes “universales” de la expiación. Esa interpretación sencillamente afirma que todos cuentan con la salvación si creen. No disputo tal cosa. Solo voy más allá de eso.
Aquí esta el punto: Si Dios hizo este “más” en la muerte de Cristo, no lo hizo para todos; y así, en este nivel, la expiación llega a ser “limitada”. Y con esto es con lo que los arminianos tropiezan: ¿Hay algo que Dios haría para salvar a algunos creyentes que no haga por todos? Tal “limitación” de “más gracia” para algunos implica una decisión de parte de Dios para intervenir decisivamente, y en efecto salvar a algunos pero no a todos. Este es el tropiezo real para los que dan al hombre y no a Dios la determinación final de quien es salvo y quien no lo es.
¿Qué diferencia hay en esto en la práctica? Mucho. Al afirmar no solo la esencia de los que los arminianos creen (véase la cita de Erickson arriba), sino también el “más” que los calvinistas creen (que la sangre de Cristo obtiene la fe y perseverancia de los elegidos), los cristianos también pueden atesorar la muerte de Cristo como una acto de amor omnipotente por el que Cristo, nuestro esposo, paga por nosotros, nos busca, nos vence con amor, y nos preserva como su esposa singularmente amada para siempre. El Amante de nuestras almas pagó con su propia sangre, no solo para hacer posible estas bodas, sino para derribar también las puertas de la cárcel y llevar a su amada a sí mismo. La fuerza, estabilidad, gozo y valor fluyen de sabernos amados de esta manera.
John Piper
Decidí buscar este libro en la página oficial de editorial Vida para ver el precio oficial que ellos tenían y para mi sorpresa, me di cuenta que este libro ya lo dieron de baja de su lista y no lo tienen ya más disponible al público. No pude resistir el preguntarme del porqué editorial Vida ya no deseaba vender este producto, cuando tienen todavía entre sus productos disponibles otros libros de John Piper tales como GRACIA VENIDERA y LOS DELEITES DE DIOS, entre otros. De repente, mis ojos se posaron en el capítulo 109 de este libro y se titula “Como avanzar más allá de los límites de la expiación ilimitada”.
Al leer el capítulo en su totalidad creí que ya había encontrado la razón del porque editorial Vida había descartado y dado de baja tan pronto este libro (a solo un año de haberlo publicado originalmente). Todo lector observador no tardará en darse cuenta que este capítulo en especial, es un ataque directo hacia los postulados arminianos de la “expiación universal o ilimitada”. John Piper no se anda con rodeos en esto, y va directo al grano desde el mismo inicio exponiendo los argumentos endebles y superficiales del sistema Arminiano.
Aquí transcribo lo que Piper ha escrito sobre esto y espero lo disfrute como yo lo he disfrutado:
Los arminianos toman todos los pasajes que dicen que la muerte de Cristo es “por nosotros” (Romanos 5:8; 1 Tesalonicenses 5:10) o por “sus ovejas” (Juan 10:11,15) o por “la iglesia” (Efesios 5:25; Hechos 20:28) o por los “hijos de Dios” (Juan 11:52) o por “los que está santificando” (Hebreos 10:14) y dicen que el significado es este: Dios diseña y propone la expiación para toda persona, pero la aplica de forma efectiva y salvadora solo a los que creen y llegan a ser parte de “nosotros” y “las ovejas” y “la iglesia” y “los hijos de Dios”.
Según esta noción, entonces la frase: “Cristo murió por ustedes” quiere decir: Cristo murió por todos los pecadores, así que si usted se arrepiente y cree en Cristo, entonces la muerte de Cristo será efectiva en su caso y le quitará sus pecados. “Murió por ustedes” significa que si usted cree, la muerte de Jesús cubrirá sus pecados.
Ahora bien, hasta este punto, esta es enseñanza bíblica. Pero entonces los arminianos niegan algo que a mi juicio la Biblia enseña. Ellos niegan que Dios haya tenido el propósito de que los pasajes relacionados con la muerte de Cristo por “nosotros” o sus “ovejas” o su “iglesia” o “los hijos de Dios” obtengan algo más para su pueblo que los beneficios que reciben después de que creen. Niegan, en específico, que la muerte de Cristo haya sido propuesta por Dios no solo para que la gente obtenga los beneficios después de que creen (lo cual es verdad), sino incluso para algo más: Dios propuso que la muerte de Cristo obtenga la misma disposición para creer. En otras palabras, la divina gracia que lleva a vencer nuestra dureza de corazón para que lleguemos a ser creyentes también fue obtenida por la sangre de Jesús. Esto es lo que niegan.
No hay disputa en que Cristo murió para obtener grandes beneficios salvadores para todos los que creen. Es más, no hay disputa en que Cristo murió para que podamos decirle a toda persona en todas partes sin excepción: Dios dio a su Hijo unigénito para que muriera por el pecado de manera que si usted cree en él puede tener vida eterna. Juan 3:16 queda afirmado. Amen.
La disputa está en si Dios propuso que la muerte de Cristo obtuviera más que estas cosas: (1) beneficios salvadores después de la fe, y (2) una invitación bona fide que se puede extender a toda persona a que crea en Cristo para salvación. En específico, ¿propuso Dios que la muerte de Cristo obtenga la dádiva gratuita de la fe y el arrepentimiento? (Efesios 2:8: 2Timoteo 2:25). ¿Obtuvo la sangre de Cristo tanto los beneficios después de la fe como el beneficio de la fe misma?
¿Contradice necesariamente la interpretación Arminiana histórica de algunos pasajes “universales” sobre la expiación este “más” que estoy afirmando en cuanto a los propósitos de Dios en la muerte de Cristo? Pasajes como 1Timoteo 2:6; 1Juan 2:1,2; Hebreos 2:9; 2Corintios 5:19; Juan 1:29.
Pienso que no…por lo menos no tienen que contradecirla. Los arminianos históricamente son tan fervientes como los calvinistas para evitar decir que estos textos enseñan la “salvación universal”. Así que no enseñan que la muerte de Cristo “por todos” en efecto salva a todos. Más bien dicen, en las palabras de Millard Erickson: “Dios propuso la expiación para hacer la salvación posible para toda persona. Cristo murió por toda persona, pero esta muerte expiatoria llega a ser efectiva solo cuando el individuo la acepta”. Erickson luego dice: “Esta es la noción de todos los arminianos” (Systematic Theology [Teología Sistemática], Baker Book House, Grand Rapids, 1985, p.285, énfasis añadido).
Es esencial ver que los arminianos no dicen. Ellos no dicen que, en la muerte de Cristo, Dios se propuso en efecto salvar a todos aquellos por los que Cristo murió. Dicen que Dios solo se propuso hacer posible la salvación para todos aquellos por los que Cristo murió. Pero esta interpretación de estos pasajes “universales” no contradice la afirmación calvinista de que Dios en efecto se propone obtener la gracia de fe y arrepentimiento para un grupo de definitivo por la muerte de Cristo.
Los arminianos tal vez nieguen esta afirmación, pero no pueden negarla en base a su interpretación de los pasajes “universales” de la expiación. Esa interpretación sencillamente afirma que todos cuentan con la salvación si creen. No disputo tal cosa. Solo voy más allá de eso.
Aquí esta el punto: Si Dios hizo este “más” en la muerte de Cristo, no lo hizo para todos; y así, en este nivel, la expiación llega a ser “limitada”. Y con esto es con lo que los arminianos tropiezan: ¿Hay algo que Dios haría para salvar a algunos creyentes que no haga por todos? Tal “limitación” de “más gracia” para algunos implica una decisión de parte de Dios para intervenir decisivamente, y en efecto salvar a algunos pero no a todos. Este es el tropiezo real para los que dan al hombre y no a Dios la determinación final de quien es salvo y quien no lo es.
¿Qué diferencia hay en esto en la práctica? Mucho. Al afirmar no solo la esencia de los que los arminianos creen (véase la cita de Erickson arriba), sino también el “más” que los calvinistas creen (que la sangre de Cristo obtiene la fe y perseverancia de los elegidos), los cristianos también pueden atesorar la muerte de Cristo como una acto de amor omnipotente por el que Cristo, nuestro esposo, paga por nosotros, nos busca, nos vence con amor, y nos preserva como su esposa singularmente amada para siempre. El Amante de nuestras almas pagó con su propia sangre, no solo para hacer posible estas bodas, sino para derribar también las puertas de la cárcel y llevar a su amada a sí mismo. La fuerza, estabilidad, gozo y valor fluyen de sabernos amados de esta manera.
John Piper
1 comment:
Lo que menciona me parece muy logico y aterrizado a la palabra de Dios, yo realmente no lo habia persibido de esta manera pero al examinarlo me parece que esta en lo correcto
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