Thursday, November 26, 2009

“Thanksgiving Day”: Un día especial de acción de Gracias


“Ralph Waldo Emerson observaba que si las constelaciones aparecieran solamente una vez en mil años, imaginemos qué momento tan emocionante sería ese. Pero debido a que ellas se encuentran allí todas las noches, muy rara vez las apreciamos” (Robert J. Morgan, “Stories, Ilustrations & Quotes” p. 736, Nelson Publisher, 2000).



La interesante observación de Ralph Waldo Emerson puede muy bien aplicarse al privilegio que tenemos en este país no solo sobre la libertad de expresión, sino también sobre la libertad religiosa. Una libertad que muchos países no tienen hasta este momento y que el resultado de eso, es una severa persecución por causa de su fe.


Como seres humanos tendemos a ver las cosas por su mayor parte de manera pesimista. Vemos los males que aquejan a este país y tendemos a criticarlo argumentando que toda esta maldad no puede ser el resultado de un país “cristianizado”. Pero lo que muchas veces obviamos o simplemente pasamos por alto, es el hecho de que en este país todavía se siguen celebrando y conmemorando “días especiales” en un contexto cristiano. ¿Cuáles son los otros países que tienen un día oficial en su calendario apartado especialmente como un gesto de accion de gracias a Dios? Realmente me gustaría saber los nombres de los otros países que oficialmente tienen un día apartado nacionalmente para dar gracias al Dios verdadero por sus bendiciones recibidas.


“Una persona hambrienta es mucho más agradecida por su escasa ración, que el rico por su mesa llena de abundante comida. Una mujer abandonada en un asilo de ancianos aprecia más una simple visita que lo que lo haría una mujer popular con una fiesta celebrada en su honor. Un creyente ruso que finalmente obtiene su propia copia de las Sagradas Escrituras después de 75 años de un ateísmo impuesto por el estado, es más agradecido por su pequeño libro de lo que somos nosotros por todos los libros cristianos, revistas y traducciones que inundan nuestros estantes” (R. J. Morgan, op. cit. p. 736).


Esta importante observación nos muestra también que nuestro adagio hispano es verdad: “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. El pueblo norteamericano por muchos años ha tomado sus privilegios cristianos muy a la ligera. Sin embargo, los que provenimos de trasfondos culturales distintos nos damos cuenta inmediatamente de la gran bendición que tenemos al vivir en un país que respeta la libertad de expresión y concede libertad religiosa aún a grupos cuyas ideas se encuentran totalmente opuestas a lo que enseña la Biblia. Esto es algo que, o bien es ignorado o simplemente es pasado por alto.


Es por eso que personalmente veo este día (el cuarto jueves del mes de Noviembre) como un día muy especial en este país, independientemente de si otras personas lo ven como cualquier otro día. Pero, ¿Cuáles fueron los inicios de esta celebración?



Todo comenzó con un grupo de peregrinos provenientes de Inglaterra y de otros países europeos, quienes se encontraban huyendo de sus países de origen debido a las persecuciones por causa de su fe en Cristo. Este grupo de personas (conocidos también como los puritanos) anhelaban vivir en un lugar donde no existiera la opresión y tuvieran libertad religiosa para poder adorar a Dios con verdadera libertad de conciencia. Muchos de los que se quedaban en sus países eran perseguidos y asesinados por causa de su fe. Después de algunos intentos fallidos por pisar el nuevo continente, finalmente subieron a bordo de una embarcación conocida como el “Mayflower” y el 21 de Noviembre del año 1620 mientras se disponían a pisar tierra firme, firmaron un tratado en el que se comprometían a trabajar juntos y unidos para la gloria de Dios y la proclamación del evangelio en su nuevo país.


Muchos de esos peregrinos perdieron la vida al enfrentar el crudo invierno en las tierras de Plymouth Massachussets. Los que sobrevivieron continuaron confiando en Dios y mirando hacia el futuro con confianza y optimismo. Ayudados por los indios nativos, sembraron sus semillas durante el verano y en el mes de Noviembre celebraron su primer día de “Acción de Gracias” a Dios por la cosecha que Él les permitió recoger. Aún en estas tierras completamente desconocidas para ellos, se acordaban y daban gracias a Dios por las bendiciones recibidas.



El primer día de “Acción de Gracias” fue celebrado en Plymouth Massachussets en poco menos de un año en que los colonizadores se habían establecido en el nuevo continente. El primer invierno fue devastador y murieron casi la mitad de los miembros de la colonia. Pero nació una nueva esperanza con la llegada de la primavera en el año 1621, ya que los indios Iroquois ayudaron a los nuevos inmigrantes a cultivar maíz y otros granos. En el mes de Octubre, el gobernador de la colonia William Bradford, señaló un festival de la cosecha para dar gracias a Dios por las bendiciones y el progreso de la colonia.



En el año 1789, el presidente George Washington proclamó el 26 de Noviembre como un día nacional de “Acción de Gracias”. Pero no fue sino hasta el año de 1863 en el que el presidente Abraham Lincoln instituyó oficialmente el último jueves de cada mes de Noviembre “como un día de acción de gracias y de alabanza a nuestro benéfico Padre”.


Concluyo este breve artículo con otra cita de Robert J. Morgan:


“Una de las evidencias de la obra del Espíritu Santo en nuestra vida, es un continuo reconocimiento y acción de gracias por las bendiciones recibidas. Dios quiere hacer de nosotros personas que puedan exhibir la gratitud en una proporción adecuada a los dones y las bendiciones que hemos recibido” (Robert J. Morgan, op. cit. p. 736)


¡Feliz día de Acción de Gracias!


Daviel D’Paz

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