No estaría exagerando si dijera que John MacArthur es uno de mis expositores bíblicos favoritos aún en el presente (aunque no esté de acuerdo con él respecto a sus postulados escatológicos). La razón por la que siento un profundo aprecio por el pastor John MacArthur, es debido a que sus escritos han sido una gran bendición para mi vida, pues me ayudaron a ver la vida cristiana desde un punto de vista totalmente distinto a como antes la veía. El primer libro que tuvo un efecto grandemente positivo sobre mi vida personal fue “El evangelio según Jesucristo” y lo que realmente significa seguir a Cristo. Desde entonces he deseado tener todos los escritos de John MacArthur en mi librería personal.
No solo sus libros han influenciado mi manera de pensar, sino también sus predicaciones han despertado en mí el deseo por llegar algún día a predicar con la misma pasión con la que él predica. Tal vez algunos se puedan preguntar: “Si esto es así, ¿entonces por qué criticar algunos de sus escritos?” La razón es porque como cristianos cada uno de nosotros tenemos la obligación de examinar todas las doctrinas o enseñanzas a la luz de la Palabra de Dios. Y esa obligación es la que me impulsa a examinar de cerca sus postulados escatológicos y a compararlos con lo que dicen las Escrituras. Por regla general, MacArthur aborda las Escrituras con reverencia haciendo por su mayor parte una exégesis cuidadosa del texto. Pero tal como mencioné en un comentario anterior, cuando de escatología se trata, John MacArthur parece abandonar el mismo estilo meticuloso que le caracteriza cuando aborda otros temas. Y un claro ejemplo de lo que afirmo, es esta segunda aportación la cual estaré examinando muy de cerca.
Es demasiado obvio el hecho de que MacArthur como buen Dispensacionalista se acerca al texto teniendo en mente a dicho sistema. Un clarísimo ejemplo de esto, es la manera en la que MacArthur intenta DIVIDIR la pregunta realizada por los discípulos y aplicarla a dos clases de acontecimientos separados por varios siglos el uno del otro. Es claro que los discípulos no hicieron dos o tres preguntas, sino SOLO UNA. Pero para poder dividir el discurso del Monte de los Olivos en por lo menos DOS PARTES, MacArthur divide la pregunta EN DOS a las cuales, supuestamente Cristo da sus respectivas respuestas en los capítulos 24 y 25 respectivamente. Esto no es algo único de John MacArthur, sino que es algo característico de todos los Dispensacionalistas.
MacArthur escribe: “…los discípulos se encontraban haciendo múltiples preguntas en Mateo 24:3 “¿Cuándo serán estas cosas…?”, se refiere a la destrucción del templo y a los eventos que acompañarían dicha catástrofe, “¿…y qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo?” aborda un tema escatológico de más largo alcance –la pregunta de cómo la venida victoriosa de Cristo como el Mesías de Israel encaja dentro de todo el programa profético”.
Es algo peculiar de todo Dispensacionalista el intentar encontrar por lo menos dos preguntas distintas en la PREGUNTA que los discípulos le hicieron a Jesucristo respecto a la destrucción del templo. Esto es una necesidad que el sistema Dispensacional requiere para poder interpretar Mateo 24 de manera consistente con sus postulados escatológicos. Por esa razón, MacArthur desde un mismo inicio intenta establecer esta separación al afirmar que la primera pregunta se refiere a la destrucción del templo, mientras que la segunda pregunta se refiere a las señales que precederán al rapto de la iglesia, y que serán un preludio de la Gran Tribulación bajo el reinado del Anticristo.
Tanto es así, que MacArthur afirma que en el capítulo 24 de Mateo Jesucristo parece ignorar la pregunta sobre la destrucción del templo y en su lugar se enfoca en dar una explicación detallada de los eventos que tendrán lugar en los últimos días, justo antes de su regreso a esta tierra:
“Prácticamente ignorando su pregunta inicial, El no dijo nada respecto a cuando ocurriría la destrucción de Jerusalén. Esto se debe a que esos eventos realmente no pertenecían al fin del siglo. Ellos eran meramente un adelanto de un juicio mayor que acompañaría su propio regreso, escenas vistas de antemano de lo que sucederá en el futuro”.
Hacer una afirmación como la que encontramos arriba por parte de alguien de la estatura de John MacArthur es realmente increíble. Por supuesto que Cristo les dio a los discípulos ciertas pistas para que ellos pudieran darse cuenta de CUANDO ocurriría tal destrucción. Los versículos 4-26 hablan claramente de las señales que habría justo antes de ese acontecimiento. Es cierto que Cristo no les dijo que sería en el año 70, pero les dio una pista bastante importante que ellos debieron haber entendido muy claramente con las siguientes palabras: “De cierto os digo que NO PASARA ESTA GENERACION hasta que todo esto acontezca” (v.34). Todo judío sabía muy bien la cantidad de años que compone una generación. Por lo tanto, ellos estaban seguros que dicho acontecimiento tendría lugar en su respectivo tiempo de vida.
Pero MacArthur parece ignorar además que Mateo NO ES EL UNICO evangelista que registra la destrucción del templo y los acontecimientos que le acompañarían. Si Mateo fuera el único evangelista que hubiera escrito sobre esto, su argumento tendría mucho peso. Pero la verdad es que no es así. Para comprobar si el argumento de MacArthur sobre las dos preguntas distintas es bíblicamente sostenible, solo basta con examinar los relatos paralelos de Marcos y Lucas en donde se registra el mismo evento de la destrucción del templo. Al hacerlo, podremos constatar si MacArthur tiene o no razón. Al comparar esos dos evangelios con el evangelio de Mateo, nos damos cuenta de algo muy interesante que no podemos pasar por alto:
MARCOS 13
“Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada. Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse? Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos. Mas cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún no es el fin” (Marcos 13:1-7).
LUCAS 21
“Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, dijo: En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida. Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿Y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder? Él entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Más no vayáis en pos de ellos. Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente. Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre” (Lucas 21:5-12).
Al examinar los dos pasajes paralelos de Marcos y Lucas que nos hablan del mismo evento que registra Mateo en su capítulo 24, inmediatamente podemos darnos cuenta que NO existen dos preguntas, SINO SOLO UNA la cual consiste en el siguiente tema central: la venida de Cristo en Juicio sobre la nación apóstata de Israel y su respectiva destrucción del templo. Esa destrucción del templo tenía como objetivo el poner un fin a la economía del Antiguo Testamento con sus sacrificios y ofrendas la cual, había sido representada por ciertos tipos y sombras. El fin de esa economía tenía como propósito el ceder el lugar al cumplimiento de los tipos y sombras y mostrarnos la verdad que proclama el Nuevo Testamento tan elocuentemente: que el Cristo resucitado es el cumplimiento y la realidad de lo que el Antiguo Testamento había enseñado por muchos siglos con tales tipos y sombras.
La pregunta que intrigaba a los discípulos y que deseaban conocer su respectiva respuesta, era EL CUANDO terminaría esa economía y CUANDO tendría lugar la destrucción del templo, (el cual era el centro de toda la adoración religiosa de los judíos), y qué señales habría antes de que eso SUCEDIERA. En ninguno de los tres evangelios encontramos que fueran “múltiples preguntas” tal como MacArthur lo afirma. Toda duda es disipada cuando leemos detenidamente lo que escribió Marcos y Lucas sobre el mismo tema. Claramente podemos ver que el contexto que ellos tenían en mente, era la destrucción del templo judío SOLAMENTE.
Es cierto que en el relato de Mateo encontramos algunos aspectos que TRASCIENDEN a la mera destrucción del templo, pero tales aspectos los encontramos en los versículos 36 al 51 y no antes. Sin embargo, MacArthur cree que desde el versículo 5 al 51, Mateo nos habla de acontecimientos que tendrán lugar todavía en el futuro. Para sostener dicha teoría, MacArthur se ve obligado a rehusar aceptar que la destrucción del templo es el evento que Mateo tenía en mente cuando describió los acontecimientos registrados en los versículos 5 al 35. Pero debido a ese rechazo, todo Dispensacionalista se encuentra con serios problemas cuando intenta interpretar dichos textos, tal como MacArthur también lo admite:
“La interpretación del discurso del Monte de los Olivos no es fácil de realizar. La historia registra que la destrucción literal del templo tuvo lugar en el año 70 d.C., cuando los ejércitos romanos bajo el mando de Tito dejaron desolada a la ciudad de Jerusalén”.
Por supuesto que la interpretación de Mateo 24 no es fácil de realizar, especialmente para todo Dispensacionalista debido a que se ven obligados a ignorar el principal CONTEXTO inmediato de ese capitulo el cual es la destrucción del templo judío, y se ven FORZADOS a mover el cumplimiento de esa profecía hacia un futuro incierto y totalmente impredecible. Debido a ese desacierto interpretativo, se ven obligados también a interpretar las importantísimas palabras de Cristo las cuales son la clave para entender dicha profecía, que dicen: “De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca” (v. 34), como UNA GENERACION posterior que viviría a cientos o quizás a miles de años después de que fueron dichas esas palabras.
Al hacer esta clase de exégesis o interpretación del texto, el Dispensacionalismo se fundamenta en un terreno muy inestable debido a que cada generación que ha vivido desde el primer siglo, ha experimentado TODAS las señales que supuestamente son las que van a identificar a la ULTIMA GENERACION. La interpretación Dispensacionalista también se presta para que las personas lleguen a conclusiones erróneas respecto al TIEMPO cuando supuestamente todas esas cosas comenzarán a suceder. Es por eso que en cada siglo han existido aquellos que han visto que los tiempos en los que viven son propicios para que el Anticristo tome el control del mundo y se desencadene la gran tribulación.
“Así que las palabras de Jesús respecto a la destrucción del templo, se cumplieron al pie de la letra. Ni una sola piedra quedó sobre otra piedra. Josefo dice que cuando el ejército romano terminó la tarea, el área del templo se veía como un desierto que nunca había sido habitado”.
No solo sus libros han influenciado mi manera de pensar, sino también sus predicaciones han despertado en mí el deseo por llegar algún día a predicar con la misma pasión con la que él predica. Tal vez algunos se puedan preguntar: “Si esto es así, ¿entonces por qué criticar algunos de sus escritos?” La razón es porque como cristianos cada uno de nosotros tenemos la obligación de examinar todas las doctrinas o enseñanzas a la luz de la Palabra de Dios. Y esa obligación es la que me impulsa a examinar de cerca sus postulados escatológicos y a compararlos con lo que dicen las Escrituras. Por regla general, MacArthur aborda las Escrituras con reverencia haciendo por su mayor parte una exégesis cuidadosa del texto. Pero tal como mencioné en un comentario anterior, cuando de escatología se trata, John MacArthur parece abandonar el mismo estilo meticuloso que le caracteriza cuando aborda otros temas. Y un claro ejemplo de lo que afirmo, es esta segunda aportación la cual estaré examinando muy de cerca.
Es demasiado obvio el hecho de que MacArthur como buen Dispensacionalista se acerca al texto teniendo en mente a dicho sistema. Un clarísimo ejemplo de esto, es la manera en la que MacArthur intenta DIVIDIR la pregunta realizada por los discípulos y aplicarla a dos clases de acontecimientos separados por varios siglos el uno del otro. Es claro que los discípulos no hicieron dos o tres preguntas, sino SOLO UNA. Pero para poder dividir el discurso del Monte de los Olivos en por lo menos DOS PARTES, MacArthur divide la pregunta EN DOS a las cuales, supuestamente Cristo da sus respectivas respuestas en los capítulos 24 y 25 respectivamente. Esto no es algo único de John MacArthur, sino que es algo característico de todos los Dispensacionalistas.
MacArthur escribe: “…los discípulos se encontraban haciendo múltiples preguntas en Mateo 24:3 “¿Cuándo serán estas cosas…?”, se refiere a la destrucción del templo y a los eventos que acompañarían dicha catástrofe, “¿…y qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo?” aborda un tema escatológico de más largo alcance –la pregunta de cómo la venida victoriosa de Cristo como el Mesías de Israel encaja dentro de todo el programa profético”.
Es algo peculiar de todo Dispensacionalista el intentar encontrar por lo menos dos preguntas distintas en la PREGUNTA que los discípulos le hicieron a Jesucristo respecto a la destrucción del templo. Esto es una necesidad que el sistema Dispensacional requiere para poder interpretar Mateo 24 de manera consistente con sus postulados escatológicos. Por esa razón, MacArthur desde un mismo inicio intenta establecer esta separación al afirmar que la primera pregunta se refiere a la destrucción del templo, mientras que la segunda pregunta se refiere a las señales que precederán al rapto de la iglesia, y que serán un preludio de la Gran Tribulación bajo el reinado del Anticristo.
Tanto es así, que MacArthur afirma que en el capítulo 24 de Mateo Jesucristo parece ignorar la pregunta sobre la destrucción del templo y en su lugar se enfoca en dar una explicación detallada de los eventos que tendrán lugar en los últimos días, justo antes de su regreso a esta tierra:
“Prácticamente ignorando su pregunta inicial, El no dijo nada respecto a cuando ocurriría la destrucción de Jerusalén. Esto se debe a que esos eventos realmente no pertenecían al fin del siglo. Ellos eran meramente un adelanto de un juicio mayor que acompañaría su propio regreso, escenas vistas de antemano de lo que sucederá en el futuro”.
Hacer una afirmación como la que encontramos arriba por parte de alguien de la estatura de John MacArthur es realmente increíble. Por supuesto que Cristo les dio a los discípulos ciertas pistas para que ellos pudieran darse cuenta de CUANDO ocurriría tal destrucción. Los versículos 4-26 hablan claramente de las señales que habría justo antes de ese acontecimiento. Es cierto que Cristo no les dijo que sería en el año 70, pero les dio una pista bastante importante que ellos debieron haber entendido muy claramente con las siguientes palabras: “De cierto os digo que NO PASARA ESTA GENERACION hasta que todo esto acontezca” (v.34). Todo judío sabía muy bien la cantidad de años que compone una generación. Por lo tanto, ellos estaban seguros que dicho acontecimiento tendría lugar en su respectivo tiempo de vida.
Pero MacArthur parece ignorar además que Mateo NO ES EL UNICO evangelista que registra la destrucción del templo y los acontecimientos que le acompañarían. Si Mateo fuera el único evangelista que hubiera escrito sobre esto, su argumento tendría mucho peso. Pero la verdad es que no es así. Para comprobar si el argumento de MacArthur sobre las dos preguntas distintas es bíblicamente sostenible, solo basta con examinar los relatos paralelos de Marcos y Lucas en donde se registra el mismo evento de la destrucción del templo. Al hacerlo, podremos constatar si MacArthur tiene o no razón. Al comparar esos dos evangelios con el evangelio de Mateo, nos damos cuenta de algo muy interesante que no podemos pasar por alto:
MARCOS 13
“Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada. Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse? Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos. Mas cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún no es el fin” (Marcos 13:1-7).
LUCAS 21
“Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, dijo: En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida. Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿Y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder? Él entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Más no vayáis en pos de ellos. Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente. Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre” (Lucas 21:5-12).
Al examinar los dos pasajes paralelos de Marcos y Lucas que nos hablan del mismo evento que registra Mateo en su capítulo 24, inmediatamente podemos darnos cuenta que NO existen dos preguntas, SINO SOLO UNA la cual consiste en el siguiente tema central: la venida de Cristo en Juicio sobre la nación apóstata de Israel y su respectiva destrucción del templo. Esa destrucción del templo tenía como objetivo el poner un fin a la economía del Antiguo Testamento con sus sacrificios y ofrendas la cual, había sido representada por ciertos tipos y sombras. El fin de esa economía tenía como propósito el ceder el lugar al cumplimiento de los tipos y sombras y mostrarnos la verdad que proclama el Nuevo Testamento tan elocuentemente: que el Cristo resucitado es el cumplimiento y la realidad de lo que el Antiguo Testamento había enseñado por muchos siglos con tales tipos y sombras.
La pregunta que intrigaba a los discípulos y que deseaban conocer su respectiva respuesta, era EL CUANDO terminaría esa economía y CUANDO tendría lugar la destrucción del templo, (el cual era el centro de toda la adoración religiosa de los judíos), y qué señales habría antes de que eso SUCEDIERA. En ninguno de los tres evangelios encontramos que fueran “múltiples preguntas” tal como MacArthur lo afirma. Toda duda es disipada cuando leemos detenidamente lo que escribió Marcos y Lucas sobre el mismo tema. Claramente podemos ver que el contexto que ellos tenían en mente, era la destrucción del templo judío SOLAMENTE.
Es cierto que en el relato de Mateo encontramos algunos aspectos que TRASCIENDEN a la mera destrucción del templo, pero tales aspectos los encontramos en los versículos 36 al 51 y no antes. Sin embargo, MacArthur cree que desde el versículo 5 al 51, Mateo nos habla de acontecimientos que tendrán lugar todavía en el futuro. Para sostener dicha teoría, MacArthur se ve obligado a rehusar aceptar que la destrucción del templo es el evento que Mateo tenía en mente cuando describió los acontecimientos registrados en los versículos 5 al 35. Pero debido a ese rechazo, todo Dispensacionalista se encuentra con serios problemas cuando intenta interpretar dichos textos, tal como MacArthur también lo admite:
“La interpretación del discurso del Monte de los Olivos no es fácil de realizar. La historia registra que la destrucción literal del templo tuvo lugar en el año 70 d.C., cuando los ejércitos romanos bajo el mando de Tito dejaron desolada a la ciudad de Jerusalén”.
Por supuesto que la interpretación de Mateo 24 no es fácil de realizar, especialmente para todo Dispensacionalista debido a que se ven obligados a ignorar el principal CONTEXTO inmediato de ese capitulo el cual es la destrucción del templo judío, y se ven FORZADOS a mover el cumplimiento de esa profecía hacia un futuro incierto y totalmente impredecible. Debido a ese desacierto interpretativo, se ven obligados también a interpretar las importantísimas palabras de Cristo las cuales son la clave para entender dicha profecía, que dicen: “De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca” (v. 34), como UNA GENERACION posterior que viviría a cientos o quizás a miles de años después de que fueron dichas esas palabras.
Al hacer esta clase de exégesis o interpretación del texto, el Dispensacionalismo se fundamenta en un terreno muy inestable debido a que cada generación que ha vivido desde el primer siglo, ha experimentado TODAS las señales que supuestamente son las que van a identificar a la ULTIMA GENERACION. La interpretación Dispensacionalista también se presta para que las personas lleguen a conclusiones erróneas respecto al TIEMPO cuando supuestamente todas esas cosas comenzarán a suceder. Es por eso que en cada siglo han existido aquellos que han visto que los tiempos en los que viven son propicios para que el Anticristo tome el control del mundo y se desencadene la gran tribulación.
“Así que las palabras de Jesús respecto a la destrucción del templo, se cumplieron al pie de la letra. Ni una sola piedra quedó sobre otra piedra. Josefo dice que cuando el ejército romano terminó la tarea, el área del templo se veía como un desierto que nunca había sido habitado”.
Con estas palabras, MacArthur reconoce que la historia no es fácil de ignorarse. Por eso, cuando comparamos el relato de Mateo 24 con el relato de Lucas 21, nos damos cuenta que ambos se encuentran hablando del mismo acontecimiento, pero cada uno desde un ángulo distinto, como dos escenas fotográficas tomadas desde diferentes ángulos. Lucas es más específico en algunos detalles que Mateo omite. Por ejemplo, Lucas nos dice:
“Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan” (Lucas 21:20-24).
MacArthur afirma tambien que: “Muchas de las predicciones de Jesús acerca de la persecución y la aflicción parecen anticipar ese tiempo con una exactitud peculiar. Pero un examen más cercano a todo el discurso, revela que los aspectos más importantes de su profecía no se cumplieron con la destrucción de Jerusalén en el año 70. Estos elementos no cumplidos, incluyen su propia venida y la reunión de los escogidos descrita en los versículos 30 y 31”.
Aunque MacArthur parece estar dispuesto a conceder que las evidencias escriturales hablan decididamente sobre el cumplimiento de las palabras de Jesús en el en al año 70 con la destrucción del templo judío, lamentablemente no logra aferrarse a la evidencia que habla elocuentemente de esta realidad. El argumenta que dicho discurso no pudo haber tenido su cumplimiento en el año 70 debido a que existen algunos “elementos no cumplidos” en dicho discurso tales como la venida visible de Cristo y la reunión de los elegidos. Por supuesto que existen algunos elementos que NO SE HAN CUMPLIDO todavía en el relato de Mateo. Eso no se puede negar (los únicos que niegan esta verdad son los hiper-Preteristas, pero tal postura es una herejía que se encuentra siendo refutada por varios líderes evangélicos).
Por ejemplo, aunque Cristo NO VINO visiblemente en el año 70, sí VINO EN JUICIO sobre la nación de Israel. Su segunda venida a esta tierra todavía se encuentra en el futuro y Mateo la describe en los versículos 38-51. Pero aunque Mateo parece tener en mente dos juicios: el juicio inmediato sobre el pueblo judío y el juicio final de todas las naciones, su enfoque principal en el capitulo 24 es el juicio sobre la nación judía. Lucas lo expresa de manera más clara: “Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo.” (vs. 22,23)
Lamentablemente, MacArthur ignora los relatos paralelos de Marcos y Lucas y se aferra exclusivamente al relato de Mateo intentando encontrar en dicho relato las pruebas para su postura escatológica. Por esa razón, él dice: “Nótese, además, que la gran tribulación que Cristo describió envuelve cataclismos y sufrimientos en una escala global y cósmica (vs.29, 30) –no un holocausto local en Jerusalén solamente… La destrucción de Jerusalén fue, es verdad, un gran desastre, pero en ningún sentido puede decirse con exactitud que su destrucción por parte de los romanos cumplió la profecía de una “gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (v.21). Por lo tanto, aspectos importantes del discurso de Jesús claramente se espera su cumplimiento en el futuro”.
MacArthur no acepta el hecho de que Jesucristo se haya referido a una gran tribulación exclusivamente para el pueblo judío en el año 70. Pero ESO ES EXACTAMENTE lo que Lucas dice en su evangelio: “Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas… porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo.”
En ningún momento vemos que tal tribulación fuera a tener lugar en TODOS los países del mundo, sino solo en ESTE PUEBLO (el pueblo judío). Esos días fueron días de RETRIBUCION para el pueblo judío exclusivamente por haber rechazado a su Mesías. MacArthur apela a las palabras de Cristo que Mateo registra obre una “gran tribulación cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá”, para demostrar que la tribulación del año 70, no pudo haber sido la tribulación de la que Cristo se estaba refiriendo. Pero tal argumento se hace pedazos cuando lo comparamos con lo que Lucas dice sobre esa “gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo”.
MacArthur dice que el pueblo judío ha experimentado calamidades mucho mayores bajo Hitler y Stalin que las que sufrió en el año 70. Puede ser que las cantidades de muertos tal vez fueron mayores en el siglo XX, pero jamás se puede comparar las calamidades recientes (por terribles que hayan sido) con el castigo que los judíos experimentaron en el primer siglo, debido a que el crimen que ellos cometieron fue tan grande que ningún otro crimen en la historia de la humanidad se le puede comparar. Por esa razón, esa tribulación tenía que ser MUY GRANDE como ninguna otra en la historia de la humanidad. Tal tribulación debía tener también características muy especiales debido a que esa tribulación fue el resultado de la crucifixión y muerte del mismo Dios manifestado en carne: un evento que nunca más se ha repetido.
“La única conclusión razonable, es que las profecías de Jesús en Mateo 24 son como las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento, las cuales hablan en un mismo versículo de eventos cercanos y lejanos en un mismo contexto”.
Por el contrario, la única conclusión bíblica e histórica es el interpretar a Mateo 24 en su CONTEXTO para poder comprenderlo. Si aceptamos las premisas de John MacArthur, el texto se vuelve completamente confuso y sin ningún orden lógico ni coherente. No solo eso, sino que cuando interpretamos el texto de la manera que MacArthur lo hace, estamos ignorando la importancia de un evento que YA TUVO lugar en el pasado (la destrucción de Jerusalén y del templo judío) y nos vemos obligados a proyectar hacia el futuro, un escenario que es mas bien el producto de nuestra propia imaginación que de las pruebas bíblicas (las novelas de ficción de “Left Behind” son un claro ejemplo de esto).
“Los Preteristas objetan a esta interpretación del discurso del Monte de los Olivos. Ellos apuntan invariablemente a las palabras de Cristo en el v. 34 (“De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”). Ellos insisten que esto demuestra que Cristo estaba hablando de eventos que tendrían lugar dentro de los próximos 40 años, lo cual significaría que los eventos del año 70 serían el cumplimiento de estas profecías”.
MacArthur necesita ser más específico en este punto. El muy bien sabe que la escuela Preterista se encuentra dividida en dos grupos:
1) El Preterismo Parcial que se encuentra compuesto por un grupo de creyentes bíblicos ortodoxos que creen en la venida corporal y visible de Jesucristo, en la resurrección de los muertos y en el juicio final. Este grupo de creyentes cree que aunque ya se cumplieron muchas profecías en el primer siglo, todavía esperamos el regreso de Cristo de manera visible y la resurrección de entre los muertos para ser juzgados “conforme a sus obras”.
2) El Hiper-Preterismo o Preterismo Total, el cual es una terrible herejía que afirma que absolutamente TODO ya tuvo su cumplimiento: desde la venida de Cristo hasta la resurrección de entre los muertos. Este grupo herético niega casi todas las doctrinas distintivas de la fe cristiana y merece ser refutado una y otra vez por todos los creyentes bíblicos ortodoxos.
“La mayoría de los Preteristas toman una postura menos extremista evitando así herejías muy serias, pero ellos deben ultimadamente hacerlo por medio de reconocer que las profecías clave en el discurso de los Olivos son todavía futuras. Así que, en esencia, ellos ultimadamente se apartan y anulan el sentido estricto de Mateo 24:34 de todas maneras”.
Obviamente que MacArthur al no hacer una clara distinción entre los dos grupos, sutilmente siembra en la mente de sus lectores una aversión hacia todo lo que tenga que ver con Preterismo. Lo irónico de todo esto, es que a decir verdad, MacArthur TAMBIEN ES PRETERISTA aunque no le guste, ni tampoco desee admitirlo. Si él no fuera PRETERISTA entonces no creería que varios eventos ya tuvieron su CUMPLIMIENTO en el pasado. Por ejemplo, él cree que el Mesías ya vino a este mundo, que murió y fue sepultado y que resucitó al tercer día y que ascendió a los cielos desde donde también intercede por nosotros. Cree también que el Espíritu Santo ya vino en el día de Pentecostés y que cada uno de esos eventos ya tuvo su cumplimiento en el PASADO. Por lo tanto, el no especificar a qué es a lo que se refiere cuando habla de PRETERISMO no solo es enturbiar el agua, sino que es también envenenar el pozo. MacArthur sabe muy bien que el Preterismo Parcial NO ES LO MISMO que el Hiper-Preterismo, sin embargo, por razones obvias no da una explicación detallada de lo que enseñan ambos grupos y las grandes diferencias que hay entre ellos.
Hasta este momento, MacArthur NO HA EXPLICADO exegéticamente cual es la generación a la que se refiere el versículo 34. El conoce muy bien el griego y tal vez hasta ha examinado lo que significan dichas palabras, pero aún así, sigue sosteniendo una postura altamente cuestionable que no es aceptada por la mayoría de los eruditos más respetados. Jesucristo dijo: “ESTA GENERACION no pasará sin que todo esto acontezca”. Jesucristo no dijo “esa generación” o “aquella generación”, sino “esta generación” la cual se encontraba viviendo en ese tiempo.
En cualquier otro tema, MacArthur apela al griego explicándolo hasta en el más mínimo detalle. Pero en este tema escatológico, él da la impresión como si no supiera griego y da más lugar a la retórica que a un análisis del original griego. Esta conclusión a la que llega nos muestra lo que intento decir:
“Parece más sensible y consistente, por lo tanto, tomar un acercamiento futurista con respecto al discurso de los Olivos –al interpretar el discurso completo como un cuadro profético de una “generación y de eventos que tendrán lugar mucho después de la destrucción de Jerusalén en el año 70. Estos eventos son los que precederán inmediatamente la venida de Cristo a establecer su reino y por tanto, son eventos que son todavía futuros aún hasta el día de hoy. Ese parece ser el sentido expresado por el pasaje mismo (vs.29-31), y es la interpretación que creo que el texto mismo demanda”.
La pregunta que surge es: ¿Por qué razón deberíamos tomar un acercamiento futurista sobre el discurso del monte de los Olivos y no preterista, al menos en los versículos 4-34? MacArthur no ha hecho cual ningún análisis minucioso de las otras alternativas escatológicas, ¿Cómo pues puede saltar a tales conclusiones tan prematuramente? Porque muy posiblemente escribió su libro con el deseo de “imponer” (ya sea conciente o inconscientemente) su propia postura escatológica SOBRE EL TEXTO y no viceversa. Para arribar a tales conclusiones, MacArthur no solo debería hacer una exégesis minuciosa del texto EN SU CONTEXTO, sino también interactuar con las posturas rivales y mostrar cuales son sus deficiencias al compararlas con lo fuerte de su propia postura. Entonces y solo entonces podría arribar a dicha conclusión. Pero la verdad es que él hace ciertas afirmaciones como si su postura escatológica fuera la UNICA que ha sido sostenida POR TODOS los creyentes en todas partes y en TODOS los tiempos. Y como veremos más adelante, la historia nos muestra que esto NO HA SIDO ASI.
Por: Daviel D’Paz
7 comments:
Las criticas son buenas por que se analiza más profundamente todo lo que escuchamos y leemos.
Hola Cristobal:
Gracias por sus palabras y por su buena disposicion de seguir cada uno de los argumentos presentados. Personalmente creo que esta actitud suya es la que debemos tener TODOS los creyentes si deseamos ser como los creyentes de Berea los cuales escudrinaban "cada dia las Escrituras para ver si estas cosas eran asi" (Hechos 17:11).
Esta actitud es la unica que puede ayudarnos a comprender las Escrituras de manera fiel. Nunce debemos sentir TEMOR de leer cualquier argumento por parte de quien sea debido a que LA VERDAD siempre sera LA VERDAD y podremos reconocerla donde quiera que esta se encuentre.
Bendiciones
Daviel D'Paz
Muy interesante hermano su forma de entregar una crítica constructiva. Con respecto a este texto, estoy plenamente de acuerdo con su punto de vista bíblico sobre la forma, tan extraña, que tiene MacArthur sobre la escatología. También me gustan mucho los textos de MacArthur, pero me inquieta su forma de explicar la escatología, en fin.
Gracias por este blog, ha sido de gran bendición para mí este artículo. Es primera vez que veo su blog, pero desde ahora, será uno de los que visitaré constantemente.
Dios le bendiga hermano.
Flavio Miranda
Hermano Flavio: Bendiciones.
Gracias por sus palabras las cuales me animan a seguir esforzandome por presentar SIEMPRE los argumentos de una manera amable y edificante aun cuando estos sean para hacer alguna critica.
Creo que es tiempo que el pueblo cristiano hispano CREZCA Y MADURE en este aspecto. Hemos sido RELEGADOS por mucho tiempo a los asientos traseros del autobus ACADEMICO y se nos ha catalogado como ENANOS intelectuales que no pueden aportar NADA de interes en el campo teologico. Eso debe acabarse.
Espero que cada creyente de habla hispana sienta el deseo por capacitarse e intentar dominar algun tema. Y la unica manera para lograrlo es sumergiendose cada dia en la lectura de manera seria y meticulosa, analizando cada argumento presentado y aprendiendo a examinar de manera objetiva cada texto.
Dios le continue bendiciendo
Daviel D'Paz
Gracias hermano Daviel.
Es mi deseo poder aprender la sana doctrina y la teología reformada. Aquí en Chile, específicamente en Antofagasta no existen seminarios reformados ni nada por el estilo, asi que soy autodidacta en ese aspecto, es por ello que desearía poder saber de algunos autores o teólogos reformados y estudiar de ellos. Si conoce algún libro o link del cual pueda descargar libros se lo agradecería enormemente. Vi su artículo de MacArthur vs Gentry y no encuentro texto de Gentry en internet,¿sabrá de alguno?
De antemano muchas gracias hermano.
Y Dios le siga bendiciendo y guiando a toda la verdad.
Un abrazo
Hermano Flavio: Bendiciones.
Puedo recomendarle dos sitios en la internet en donde puede bajar literatura reformada completamente GRATIS.
El primer sitio es el siguiente: www.felire.com
En este sitio, puede descargar libros COMPLETOS sobre varios temas. Tienen disponibles varios libros, asi que le va a tomar un buen tiempo el terminar de leerlos todos.
El otro sitio que le recomiendo es: www.mountzion.org
Aunque en este sitio no tienen literatura disponible en la internet, sin embargo puede contactarlos y le envian literatuta IMPRESA hasta su pais. El ministerio de estos hermanos es enviar literatura GRATIS a creyentes en diferentes paises completamente gratuita.
Respecto a la pregunta sobre Gentry, lamentablemente no existe literatura en espanol. El unico libro que ha sido traducido al espanol hasta donde tengo entendido, es el libro titulado: "CUATRO PUNTOS DE VISTA sobre el Apocalipsis", publicado por editorial VIDA. Cabe mencionar que Gentry participa en ese debate escrito defendiendo la postura conocida como "preterismo parcial".
Pero si puedes leer en ingles, te recomiendo que visites su sitio personal: www.kennethgentry.com
DTB
Daviel
Gracias mi hermano, su ayuda ha sido muy útil, ahora comenzaré a ver los links y a descargar libros.
Gracias otra vez.
Dios le bendiga
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