“La misma Biblia es su propio intérprete al comparar una escritura con la otra”. Esta es una de las frases que es usada a menudo para recordarnos que la interpretación de la Biblia debe ser siempre realizada dentro del contexto de la mismas Escrituras. Esta frase significa que no debemos buscar el significado de ciertos tipos, símbolos o figuras, fuera del contenido de la Biblia, sino dentro de ella misma. Este acercamiento ha sido el más efectivo para conocer el significado de ciertos pasajes difíciles de entender.
Y es este acercamiento el que es usado por Kenneth Gentry en su exposición de Mateo 24. Gentry se acerca al texto tal como todo creyente cuidadoso debe acercarse: examinando el contexto y descubriendo cual es el tema central del libro, que en este caso es el evangelio de Mateo. Esto es una pequeña muestra de que Gentry es un exegeta de calidad al tomar en cuenta el mensaje general del libro y que no se pierde en los detalles particulares y minucias que solo desvían la atención del mensaje central.
Comienza examinando a grandes rasgos los distintivos de cada capítulo escrito por Mateo y el objetivo que tenía en mente al escribir cada uno de ellos. Nos muestra que cada capítulo es un importante avance que se dirige inexorablemente hacia el desenlace final de la historia que intenta comunicarnos: el terrible juicio de Dios sobre la nación judía debido al rechazo y crucifixión de su Mesías. Ese terrible juicio tuvo lugar en el año 70 d.C., cumpliéndose así la detallada predicción de Cristo sobre el inminente juicio sobre el pueblo judío que rechazó a su Rey jactándose: “No tenemos mas rey que César” (Juan 19:15).
Después de establecer el contexto general del libro, Gentry comienza a exponer el contexto para el capítulo 24 de Mateo. Esto es verdaderamente importante debido a que, sin tomar en cuenta el contexto, simplemente no se puede hacer una interpretación precisa del texto. Acertadamente, Gentry explica el contexto inmediato el cual se encuentra en Mateo 23, el cual es una lista de Ayes sobre los líderes religiosos. La acusación de Cristo sobre los líderes religiosos aumenta con cada versículo escrito, mostrando así cual sería la culminación de la dureza de sus corazones:
Y es este acercamiento el que es usado por Kenneth Gentry en su exposición de Mateo 24. Gentry se acerca al texto tal como todo creyente cuidadoso debe acercarse: examinando el contexto y descubriendo cual es el tema central del libro, que en este caso es el evangelio de Mateo. Esto es una pequeña muestra de que Gentry es un exegeta de calidad al tomar en cuenta el mensaje general del libro y que no se pierde en los detalles particulares y minucias que solo desvían la atención del mensaje central.
Comienza examinando a grandes rasgos los distintivos de cada capítulo escrito por Mateo y el objetivo que tenía en mente al escribir cada uno de ellos. Nos muestra que cada capítulo es un importante avance que se dirige inexorablemente hacia el desenlace final de la historia que intenta comunicarnos: el terrible juicio de Dios sobre la nación judía debido al rechazo y crucifixión de su Mesías. Ese terrible juicio tuvo lugar en el año 70 d.C., cumpliéndose así la detallada predicción de Cristo sobre el inminente juicio sobre el pueblo judío que rechazó a su Rey jactándose: “No tenemos mas rey que César” (Juan 19:15).
Después de establecer el contexto general del libro, Gentry comienza a exponer el contexto para el capítulo 24 de Mateo. Esto es verdaderamente importante debido a que, sin tomar en cuenta el contexto, simplemente no se puede hacer una interpretación precisa del texto. Acertadamente, Gentry explica el contexto inmediato el cual se encuentra en Mateo 23, el cual es una lista de Ayes sobre los líderes religiosos. La acusación de Cristo sobre los líderes religiosos aumenta con cada versículo escrito, mostrando así cual sería la culminación de la dureza de sus corazones:
“Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación”. (Mateo 23:34-36).
Es importante observar con cuidado las palabras de Cristo y darnos cuenta de un importante elemento que a menudo es ignorado o pasado por alto por la mayoría de los Dispensacionalistas. Ese elemento lo encontramos claramente establecido en las palabras de Cristo quien dijo: “De cierto os digo que TODO ESTO vendrá sobre ESTA GENERACION”. No se estaba refiriendo a una generación que viviría algunos 2,000 años después, sino ESTA generación. ¿A qué generación se refería Jesucristo? A la generación que lo estaba escuchando y que seguramente la mayoría de ellos todavía estarían vivos cuando TODAS estas restas cosas tuvieran su cumplimiento.
Las palabras de Jesucristo dichas en el Templo a los líderes religiosos fueron las que llevaron a los discípulos a formular su importante pregunta registrada en 24:1. Cristo expresa su lamento sobre Jerusalén en el versículo 37 y en el versículo 38 pasa inmediatamente a profetizar lo que le sucedería debido a que no quiso aceptar a su Mesías:
“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta” (Mateo 23:37,38).
Los discípulos, no cabe duda quedaron intrigados al oír estas palabras y aprovecharon la oportunidad para preguntarle el CUANDO sucedería esto: ¿Cuándo sería su casa dejada DESIERTA? Es por eso que al salir del templo, ellos le mostraron los edificios que tenía el templo, pero Jesús no se impresiona en lo absoluto por la sorprendente bellaza. Más bien, les dice algo que los dejó mucho más intrigados todavía:
“Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada” (Mateo 24:2).
Gentry observa correctamente la necesidad que hay en los Dispensacionalistas de establecer un intervalo totalmente injustificado entre los versículos 3 y 4 de Mateo 24. Esto es así debido a que su sistema escatológico lo requiere, de lo contrario se caería por los suelos. Ellos toman los versículos 4-28 y ponen su respectivo cumplimiento hasta por lo menos 20 siglos después, (seguramente que con el paso del tiempo serán más siglos todavía) argumentando que todas estas cosas son las que van a suceder en nuestro tiempo actual y en un futuro inmediato. Sin embargo, el lenguaje usado por Jesucristo echa por tierra la teoría Dispensacionalista:
“Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo 24:15-21).
Jesucristo claramente establece el lugar específico de esa grande tribulación: Judea. No se puede pasar por alto estos interesantes detalles y dar otras explicaciones que carecen de apoyo contextual. Es cierto que podemos INSERTAR en el texto cualquier cosa que querramos, pero la verdad es que todo aquel que desea ser fiel a las Escrituras (tomándolas siempre en su contexto), no puede usar tal libertad impunemente. Varios cultos falsos hacen precisamente eso y los resultados son terriblemente desastrosos.
Daviel D’Paz