El Calvinismo siempre se ha caracterizado por un trato cuidadoso de las Escrituras. Sus detractores podrán acusar al Calvinismo de cualquier otra cosa, menos de ser un sistema teológico descuidado en su manejo e interpretación del texto sagrado. Si algo ha caracterizado al Calvinismo es el tener entre sus filas a los campeones de peso completo de la ortodoxia cristiana, quienes han sido conocedores del Griego y del Hebreo y muy meticulosos en su manejo de las Escrituras. Podemos hacer una lista casi interminable con los nombres de todos los que se han identificado con dicho sistema teológico.
Solo basta citar nombres como los de Juan Calvino, John Owen, Francis Turretin, James Buchanan, Jonathan Edwards, B. B. Warfield, John Murray, entre muchos otros para darnos cuenta del riquísimo legado que ellos le han dejado a la fe reformada. Ellos son solo algunos nombres que se encuentran en esa lista casi interminable. Cada uno de ellos escribieron voluminosas obras abordando en gran detalle temas bíblicos que hasta hoy día siguen enriqueciendo nuestra vida espiritual.
Deseo mencionar solo dos obras clásicas escritas por dos de estos gigantes que he mencionado para poder tener una idea de la calidad que tenían. Me refiero al libro escrito por John Owen (1616-1683) “The Death of the Death in the Death of Christ” el cual hace una exégesis sumamente detallada de los versículos que han sido malinterpretados por el sistema Arminiano. Hasta hoy día, no hay ningún teólogo Arminiano que intente siquiera refutar los argumentos de John Owen expuestos en ese libro. A decir verdad, el nombre de John Owen es casi hasta prohibido mencionarse en los círculos académicos y teológicos del arminianismo. Una de las razones que existen para no mencionarlo e ignorar sus escritos es demasiado obvia: simplemente no pueden refutar sus argumentos.
El otro libro es “The Doctrine of Justification” escrito por James Buchanan (1804-1870). Este libro tiene 514 páginas y expone en detalle la doctrina de la justificación desde una perspectiva histórica y Escritural. Este libro es el “Mágnum Opus” del mundo Protestante respecto al tema de la Justificación por fe. Hasta hoy día, nadie ha podido refutar los argumentos de Buchanan expuestos en ese libro.
La iglesia de Jesucristo a lo largo de su historia siempre ha necesitado de los John Owens y de los James Buchanans para que puedan defender la fe “una vez dada a los santos”. Si el Calvinismo ha sido cuidadoso en su manejo de las Escrituras respecto a temas tan importantes como lo es la doctrina de la Justificación por fe (James Buchanan) y la naturaleza de esa justificación (John Owen), también ha sido cuidadoso en su trato con los temas escatológicos. Lamentablemente la iglesia actual ha prestado más atención a las especulaciones escatológicas promovidas por películas apocalípticas al estilo de Hollywood y por novelas de ficción al estilo de John Grisham que por una interpretación seria y concienzuda de los principales distintivos escatológicos del texto sagrado.
Pero existe un grupo de creyentes –tal como siempre lo ha habido-, que no se conforman con meras especulaciones e imaginaciones de escritores profesionales, sino que desean conocer lo que verdaderamente dicen las Escrituras respecto a este tema tan importante. Entre este grupo de creyentes se encuentra un Calvinista Reformado llamado Kenneth L. Gentry quien es uno de los mejores expositores de la actualidad sobre temas escatológicos. Es cierto que ningún libro escrito por Gentry ha sido llevado a la pantalla grande, ni tampoco ha escrito ninguna serie de novelas exponiendo en detalle los acontecimientos finales. Pero aun así, sus escritos respecto a este tema pueden fácilmente ser catalogados como lo mejor de lo mejor. Tal vez Gentry es para nosotros hoy lo que John Owen fue para su generación. Lo irónico de todo esto es que los únicos que realmente valoran a tales creyentes, son las generaciones posteriores. Tal vez los escritos de Gentry no sean apreciados en su generación, pero bien puede ser que las generaciones futuras aprecien la fina exégesis de los textos escatológicos realizados por Kenneth Gentry.
Kenneth Gentry escribió un libro titulado “Perilous Times: A Study In Eschatological Evil”, en donde aborda el tema de la escatología examinando los textos bíblicos de manera cuidadosa y siempre en su contexto inmediato. En este libro Gentry no deja ninguna piedra sin remover. El mérito de Gentry en este libro, es que ataca al Dispensacionalismo en donde más vulnerable se encuentra: haciendo una exégesis detallada de los textos escatológicos que han sido usados por muchos años por el Dispensacionalismo como prueba irrefutable de que tales textos enseñan claramente el Premilenialismo Dispensacionalista. Gentry interactúa con textos tales como Daniel 9:24-27; Mateo 24:1-36; 2 Tesalonicenses 2:1-8; Apocalipsis 13:1-18 y Apocalipsis 17:1-10.
Por otro lado, John F. MacArthur escribió un libro titulado “The Second Coming: Signs of Christ Return and the End of the Age”, en donde defiende los postulados Premileniales Dispensacionalistas. Ambos autores se identifican con el Calvinismo, pero difieren en su apreciación del tema escatológico. Lo que me llama la atención, es que MacArthur aunque conoce muy bien a Kenneth Gentry, NO menciona en ninguna parte de su libro los argumentos presentados por Gentry en varios de sus libros. En la edición del 2003 de su libro, MacArthur solo se limita a mencionar a Gentry en una breve nota en las páginas 226 y 227.
Este silencio por parte de John MacArthur nos dice mucho sobre el débil fundamento sobre el que se encuentra edificado el Dispensacionalismo. Pero para poner las cosas en su perspectiva correcta, voy a permitir que los dos autores expongan sus respectivos argumentos de los pasajes abordados en cada uno de sus libros. Estaremos examinando principalmente el capítulo 24 de Mateo y permitiéndoles que ellos sean los que expliquen esos versículos como mejor saben hacerlo. Nosotros solo nos limitaremos a examinar los argumentos y dar nuestras opiniones respecto a quien de los dos hace un mejor trabajo en su respectiva exposición.
Es importante mencionar que las Escrituras no son un pedazo de cera al que podemos moldear a nuestro antojo. No podemos inferir ni deducir algo que no se encuentra en el texto, pues si lo hacemos corremos el peligro de mal interpretar y distorsionar las Escrituras tal como muchos cultos falsos ya lo han estado haciendo. Ultimadamente nosotros mismos somos los beneficiados si seguimos el ejemplo de los cristianos de Berea los cuales escudriñaban “cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11).
Daviel D’Paz
Solo basta citar nombres como los de Juan Calvino, John Owen, Francis Turretin, James Buchanan, Jonathan Edwards, B. B. Warfield, John Murray, entre muchos otros para darnos cuenta del riquísimo legado que ellos le han dejado a la fe reformada. Ellos son solo algunos nombres que se encuentran en esa lista casi interminable. Cada uno de ellos escribieron voluminosas obras abordando en gran detalle temas bíblicos que hasta hoy día siguen enriqueciendo nuestra vida espiritual.
Deseo mencionar solo dos obras clásicas escritas por dos de estos gigantes que he mencionado para poder tener una idea de la calidad que tenían. Me refiero al libro escrito por John Owen (1616-1683) “The Death of the Death in the Death of Christ” el cual hace una exégesis sumamente detallada de los versículos que han sido malinterpretados por el sistema Arminiano. Hasta hoy día, no hay ningún teólogo Arminiano que intente siquiera refutar los argumentos de John Owen expuestos en ese libro. A decir verdad, el nombre de John Owen es casi hasta prohibido mencionarse en los círculos académicos y teológicos del arminianismo. Una de las razones que existen para no mencionarlo e ignorar sus escritos es demasiado obvia: simplemente no pueden refutar sus argumentos.
El otro libro es “The Doctrine of Justification” escrito por James Buchanan (1804-1870). Este libro tiene 514 páginas y expone en detalle la doctrina de la justificación desde una perspectiva histórica y Escritural. Este libro es el “Mágnum Opus” del mundo Protestante respecto al tema de la Justificación por fe. Hasta hoy día, nadie ha podido refutar los argumentos de Buchanan expuestos en ese libro.
La iglesia de Jesucristo a lo largo de su historia siempre ha necesitado de los John Owens y de los James Buchanans para que puedan defender la fe “una vez dada a los santos”. Si el Calvinismo ha sido cuidadoso en su manejo de las Escrituras respecto a temas tan importantes como lo es la doctrina de la Justificación por fe (James Buchanan) y la naturaleza de esa justificación (John Owen), también ha sido cuidadoso en su trato con los temas escatológicos. Lamentablemente la iglesia actual ha prestado más atención a las especulaciones escatológicas promovidas por películas apocalípticas al estilo de Hollywood y por novelas de ficción al estilo de John Grisham que por una interpretación seria y concienzuda de los principales distintivos escatológicos del texto sagrado.
Pero existe un grupo de creyentes –tal como siempre lo ha habido-, que no se conforman con meras especulaciones e imaginaciones de escritores profesionales, sino que desean conocer lo que verdaderamente dicen las Escrituras respecto a este tema tan importante. Entre este grupo de creyentes se encuentra un Calvinista Reformado llamado Kenneth L. Gentry quien es uno de los mejores expositores de la actualidad sobre temas escatológicos. Es cierto que ningún libro escrito por Gentry ha sido llevado a la pantalla grande, ni tampoco ha escrito ninguna serie de novelas exponiendo en detalle los acontecimientos finales. Pero aun así, sus escritos respecto a este tema pueden fácilmente ser catalogados como lo mejor de lo mejor. Tal vez Gentry es para nosotros hoy lo que John Owen fue para su generación. Lo irónico de todo esto es que los únicos que realmente valoran a tales creyentes, son las generaciones posteriores. Tal vez los escritos de Gentry no sean apreciados en su generación, pero bien puede ser que las generaciones futuras aprecien la fina exégesis de los textos escatológicos realizados por Kenneth Gentry.
Kenneth Gentry escribió un libro titulado “Perilous Times: A Study In Eschatological Evil”, en donde aborda el tema de la escatología examinando los textos bíblicos de manera cuidadosa y siempre en su contexto inmediato. En este libro Gentry no deja ninguna piedra sin remover. El mérito de Gentry en este libro, es que ataca al Dispensacionalismo en donde más vulnerable se encuentra: haciendo una exégesis detallada de los textos escatológicos que han sido usados por muchos años por el Dispensacionalismo como prueba irrefutable de que tales textos enseñan claramente el Premilenialismo Dispensacionalista. Gentry interactúa con textos tales como Daniel 9:24-27; Mateo 24:1-36; 2 Tesalonicenses 2:1-8; Apocalipsis 13:1-18 y Apocalipsis 17:1-10.
Por otro lado, John F. MacArthur escribió un libro titulado “The Second Coming: Signs of Christ Return and the End of the Age”, en donde defiende los postulados Premileniales Dispensacionalistas. Ambos autores se identifican con el Calvinismo, pero difieren en su apreciación del tema escatológico. Lo que me llama la atención, es que MacArthur aunque conoce muy bien a Kenneth Gentry, NO menciona en ninguna parte de su libro los argumentos presentados por Gentry en varios de sus libros. En la edición del 2003 de su libro, MacArthur solo se limita a mencionar a Gentry en una breve nota en las páginas 226 y 227.
Este silencio por parte de John MacArthur nos dice mucho sobre el débil fundamento sobre el que se encuentra edificado el Dispensacionalismo. Pero para poner las cosas en su perspectiva correcta, voy a permitir que los dos autores expongan sus respectivos argumentos de los pasajes abordados en cada uno de sus libros. Estaremos examinando principalmente el capítulo 24 de Mateo y permitiéndoles que ellos sean los que expliquen esos versículos como mejor saben hacerlo. Nosotros solo nos limitaremos a examinar los argumentos y dar nuestras opiniones respecto a quien de los dos hace un mejor trabajo en su respectiva exposición.
Es importante mencionar que las Escrituras no son un pedazo de cera al que podemos moldear a nuestro antojo. No podemos inferir ni deducir algo que no se encuentra en el texto, pues si lo hacemos corremos el peligro de mal interpretar y distorsionar las Escrituras tal como muchos cultos falsos ya lo han estado haciendo. Ultimadamente nosotros mismos somos los beneficiados si seguimos el ejemplo de los cristianos de Berea los cuales escudriñaban “cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11).
Daviel D’Paz